De los miles de fanáticos mexicanos que se espera viajen a Catar para el torneo de fútbol más importante del mundo, sólo uno de ellos puede decir que ha asistido a 10 Copas del Mundo y a más de 450 partidos de la selección del país: Héctor Chávez, más conocido como "Caramelo".
Con un sombrero negro de charro en la cabeza, vestido con la camiseta verde del Tri y portando una bandera mexicana con las letras de su estado natal, Chihuahua, bordadas en la parte delantera, "Caramelo" -que significa caramelo- se ha convertido en una imagen familiar en todos los estadios donde juega la selección en México y en el mundo, y no sólo para los torneos oficiales.
"Es mucho sacrificio. Yo diría que es hasta un Vía Crucis por tantos partidos a los que he asistido", dijo Chávez en una entrevista con The Associated Press. "Estoy hablando de más de 450 partidos de la selección".
La selección mexicana, además de los torneos oficiales, tiene un contrato con la empresa estadounidense Soccer United Marketing que, desde 2003, le obliga a jugar al menos cinco partidos amistosos en suelo estadounidense.
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Sólo este año, entre amistosos y partidos oficiales, México ha disputado 15 partidos y sólo cuatro de ellos han sido en México.
"Por un lado, te pega en la relación familiar, y por supuesto en el bolsillo, seguir a la selección sin perderte nada y tener que viajar a cualquier parte del mundo implica un gran desembolso económico", dijo Chávez, quien tiene una joyería. "Es agotador llevar más de 40 años haciéndolo".
Chávez dijo que el primer partido de la selección al que asistió fue el 19 de febrero de 1986, cuando México se enfrentó a la Unión Soviética en la capital del país. Su primer partido oficial en un Mundial fue ese mismo año, el 3 de junio contra Bélgica.
Ahí nació la idea de empezar a seguir a México por el mundo.
"Tenía toda la experiencia de México '86 y fue cuando dije: 'Un Mundial es una fiesta total. Voy a tratar de ir a todos', y así fue", dijo.
Aunque México fue vetado en el Mundial de Italia 1990, Chávez acudió a ese torneo y luego continuó su peregrinaje por Estados Unidos en 1994, Francia en 1998, Corea del Sur y Japón en 2002, Alemania en 2006, Sudáfrica en 2010, Brasil en 2014 y Rusia en 2018.
Chávez estudió administración de empresas y fue a su primer Mundial porque su padre compró las entradas. Recuerda que fue a Italia con una mochila al hombro y con un presupuesto limitado, pero luego abrió su joyería que le ayudó a pagar sus gastos desde 1994.
"Recuerdo que cuando abrí mi joyería, estaba en una calle donde había otras en la misma calle y abría una hora antes y cerraba una hora después, además de trabajar los domingos porque tenía que ir un paso por delante", dijo Chávez. "Todo esto se ha basado en el trabajo. Eso me ha permitido viajar a todas partes con la selección".
Aunque no sigue todos los partidos, Chávez dijo que viajó a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y al Mundial Sub 17 de Perú 2005. México ganó ambos.
Recuerdo el partido y los goles de Oribe (Peralta) contra el equipo de Neymar y ver la bandera en alto, cantando el himno. Lo recuerdo y se me pone la piel de gallina y se llora con la misma alegría", recordó Chávez sobre el partido por la medalla de oro olímpica. "Pero sin duda el mejor recuerdo es cuando le ganamos a Brasil en la Copa Confederaciones de 1999 en el Estadio Azteca con esos grandes goles de Cuauhtémoc (Blanco)".
Siguiendo a México, también ha sido testigo de momentos duros, sobre todo de las eliminaciones en octavos de final, que ha sido el techo de México en todos los mundiales desde 1994.
De ellos, la derrota ante EEUU en 2002 fue la que más le dolió.
"No tanto porque nos eliminaran, sino porque nuestro archienemigo nos eliminó", dijo Chávez. "Durante años nos sentimos superiores a ellos y esa vez nos humillaron. Fue un día muy triste para 'Caramelo'. No quise salir del hotel durante tres días después de aquello".
En México, Chávez es el único aficionado que sigue a la selección a todos sus partidos. Hay otro grupo llamado la Ola Verde que hace algo similar, pero sólo viaja a los torneos oficiales del mundo.
La historia de Chávez es como la de Manuel Cáceres, conocido como "Manolo el del bombo". Sigue a la selección española desde el Mundial de 1982.
"Diría que mi amigo 'Manolo el del bombo' es mi mejor competidor. Es un buen amigo, nos hemos visto y hemos hablado por teléfono", dijo Chávez, quien mencionó que el aficionado brasileño Clovis Acosta Fernandes -quien era conocido como el "Gaúcho Da Copa", pero murió en 2015- también lo inspiró.
La Federación Mexicana de Fútbol conoce bien a Chávez. Aunque paga sus propios viajes, suele alojarse en los hoteles donde se aloja la selección. Recientemente compartió un video en su cuenta oficial de Instagram en el que, antes de subir a un ascensor, le pregunta al entrenador de México, Gerardo Martino, si piensa incluir al ex delantero de la selección Javier Hernández en el plantel.
Además, su cuenta está llena de imágenes en hoteles junto a jugadores mexicanos no sólo de la lista actual sino también de mundiales pasados.
"No es que me considere el fanático número 1, pero la gente y los medios me lo hacen saber", dijo Chávez. "'Caramelo' acepta este reconocimiento como una responsabilidad porque me siento embajador de la afición mexicana".
