La actriz italiana Lucía Bosé, que trabajó con directores como Antonioni, Fellini, Buñuel o Juan Antonio Bardem y matriarca de una saga de artistas que han llevado su apellido y la transgresión como bandera, falleció este lunes a los 89 años por una neumonía.
Su hijo, el cantante Miguel Bosé, lo confirmó a través de su cuenta oficial de Twitter con un escueto mensaje: "Queridos amig@s ... os comunico que mi madre Lucía Bosé acaba de fallecer. Ya está en el mejor de los sitios".
Muchos de sus allegados, como la actriz Bibiana Fernández y los cantantes Alejandro Sanz o Raphael, dieron su último adiós desde las redes sociales a esa dama que gustaba vestir de azul de la cabeza a los pies.
"Mucho más que amiga, en realidad familia", escribió Raphael. "Tanto Natalia como yo mandamos mil besos a Miguel, Lucía y Paola, sus hijos. Siempre será presencia", agregó.
Alejandro Sanz la considera "maestra" en el arte de ser ella misma, mientras que Pablo Alborán dice estar sin palabras por la "pena tan grande" que siente.
"Estoy en shock. Lo siento como si fuera mi madre. Quería vivir hasta los 100 años para ver cómo se comportaba Miguel con sus hijos adolescentes. Aunque todos la llamábamos 'La Mami' nunca fue una madre corriente ya que trataba a sus hijos como personas. He aprendido mucho de ella", señaló a Efe un afectado Rafa Sánchez, del grupo La Unión.
Carmen Lomana, la bailaora Eva Yerbabuena, el deportista Carlos Sainz, el cineasta Santiago Segura y escritores como Lucía Etxebarría y Javier Sierra se unieron a las condolencias. Al igual que Raffaella Carrá, que recordó en su Twitter a la "bella, adorable, divertida Lucia Bosé".
Y Pilar Martín, alcaldesa de Brieva, la pequeña localidad segoviana en la que la actriz vivió sus últimos años, recordó en declaraciones a Efe que Lucía Bosé fue "una vecina querida y respetada por todo" y contó "con el cariño y admiración de todos los vecinos y, lo mas importante, la intimidad que ella tanto deseaba".
Todos se quisieron despedir de una mujer de fuerte carácter, que siempre hizo lo que quiso y que fue rompedora y transgresora en una España franquista y oscura a la que llegó para rodar una película y en la que se quedó por amor.
Nacida en Milán el 28 de enero de 1931, Bosé se hizo muy popular tras casarse con el torero Luis Miguel Dominguín, toda una estrella en aquella época, con quien tuvo tres hijos: Miguel, Paola y Lucía.
Pero antes de aquella boda, en 1955, ya era una de las actrices más respetadas de Italia y había participado en títulos como "Crónica de un amor" (1950) y "La señora sin camelias" (1953), ambas de Michelangelo Antonioni, o "Tres enamoradas" (1951), de Luciano Emmer.
Fue Luchino Visconti quien la descubrió para el cine cuando tenía sólo 16 años y se ganaba la vida como empleada en una pastelería milanesa. "Tu eres un animal cinematográfico", le dijo el maestro del neorrealismo italiano a Lucía Bosé, con quien mantuvo una relación de varios años.
Aquel año también un grupo de amigas enviaron, sin su conocimiento, una fotografía suya a la preselección del concurso de Miss Italia. Compitió con bellezas como Gianna María Canale o Gina Lollobrigida pero fue ella quien en 1947 salió con el título oficial bajo el brazo.
El lunes Lollobrigida recordó aquellos años y a aquella joven milanesa "muy ingenua y muy tímida". "Después nos perdimos un poco de vista pero yo la he seguido mucho porque era una muchacha muy guapa y simpática", rememoró Gina, de 92 años, en declaraciones al programa de la televisión pública italiana "La vita in diretta".
Desde sus comienzos más ligados al neorrealismo, Bosé derivó sus pasos hacia el cine de vanguardia de la mano de directores como Luis Buñuel ("Así es la aurora", 1956), Jean Cocteau ("El testamento de Orfeo", 1960) o Federico Fellini ("Fellini Satiricon", 1969).
Otro de sus grandes papeles fue el de "La señora García se confiesa", la serie escrita y dirigida por Adolfo Marsillach, coprotagonista además de la historia.
Su fuerte personalidad y su temprano divorcio en 1968 en una España poco habituada en aquella época a que las mujeres tomaran cualquier iniciativa, hicieron de ella un personaje habitual de las revistas de los años sesenta y setenta.
La actriz se fue alejando de las pantallas en los años ochenta y se centró en la pintura y en su faceta espiritual. Llegó a abrir un museo dedicado a los ángeles y se trasladó a vivir a Brieva.
Allí vivía alejada de los focos, aunque siempre que podía acompañaba a sus numerosos descendientes en las presentaciones de sus proyectos artísticos.
Además de Miguel, cantante, su hija Paola fue modelo y su nieta Bimba -hija de Lucía y fallecida hace poco más de tres años por un cáncer- se dedicó a la música y a la moda.
Dora Postigo Salvatore, la hija de Bimba, es la última incorporación a la saga Bosé. A sus 15 años actuó recientemente en el programa "Operación triunfo" interpretando una de sus canciones, "Ojos de serpiente".
La última aparición pública de Lucía Bosé, con el característico pelo azul de sus últimos años, fue el 15 de marzo en la final de "Prodigios", el programa de TVE presentado por su gran amigo Boris Izaguirre.