El aumento de las temperaturas en el planeta Tierra y el cambio climático podría significar que tendremos cielos menos amigables.
Aquí te explicamos por qué.
Los científicos relacionan el calentamiento de la atmósfera con cambios en las corrientes en chorro, lo que aumenta la probabilidad de sacudidas inesperadas, muy perceptibles cuando vas en vuelo.
En los últimos 15 años, cerca de una decena de artículos científicos han explorado esa conexión constatando un aumento en la velocidad de los vientos de esas corrientes, que conllevan más inestabilidad.
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“Una onda o vaguada de la corriente en chorro, pues tiende a causar que las nubes se formen”, detalla en entrevista John Morales, meteorólogo de la corporación ClimaData. “También puede acentuar lo que es el movimiento vertical y entonces causar condiciones del tiempo pues digamos más violentas, más intensas, más severas, lluvia más fuerte, tormentas severas, tornados”.
El especialista indica que esas condiciones pueden visualizarse como un inmenso tubo de aire que se mueve a gran velocidad a unos 30,000 pies de altura, que es el mismo nivel utilizado por la aviación comercial.
“Son los contrastes en temperatura los que generan o llevan a la intensidad de una corriente en chorro. Mientras más contraste en temperatura existe, más fuerte es la corriente en chorro”, indica Morales.
“Esa diferencia térmica es mayor en niveles elevados, como la estratosfera, y menor en la troposfera, donde nos encontramos, debido al creciente calentamiento. Esto produce vientos cortantes que cambian rápidamente en velocidad, creando literalmente olas de aire y dando paso a la turbulencia”.
Turbulencias: de sus tipos a los efectos que tienen
Hay cuatro niveles de turbulencia. Una es ligera, que es un movimiento relativamente pequeño; la otra es moderada, en la que estás sintiéndolo un poquito más, puede ser que las alas del avión se muevan un poco; con la severa ya empiezas a perder un poquito de altura, no mucha, pero pueden ser 10 pies, pueden ser 5 pies, pero lo vas a sentir, los pasajeros lo van a sentir, el piloto lo va a poder ver, y la última es la extrema.
“Por cierto, toda turbulencia moderada, severa o extrema en general ha visto un incremento en 55% comparado con hace 45 años, o sea muchos más eventos de turbulencia se están viendo hoy día de lo que se veían cerca del año 1980”, dice Morales.
Esta situación podría seguir empeorando en próximas décadas. Una investigación de la Universidad de Reading indicó un potencial aumento de 15 minutos o más para vuelos en dirección oeste, o en contra del jet, lo que representa gastos adicionales de cientos de millones de dólares en combustible para las aerolíneas estadounidenses.
Estudios científicos indican que es posible que la turbulencia en aire despejado podría duplicarse o triplicarse de ahora a mediados del siglo en rutas populares como en el Atlántico norte, sin embargo, hay buenas noticias.
“Suponiendo que tienes el jet stream a favor tuyo y es 100 millas por hora, tu velocidad sobre la tierra va a ser 646 millas por hora. Vas a llegar más rápido, vas a gastar menos combustible”, dice Roberto Escobio Casas, instructor jefe de ADF Airways.

Si sigue la quema de combustibles fósiles, la situación empeorará
En el 2020, en vuelo entre Nueva York y Londres rompió récord de corta duración, llegando hora y media antes al ser propulsado por un jet intenso. Además, según el Foro Económico Mundial, las aerolíneas podrían ahorrar hasta $50,000 por vuelo y reducir los desvíos de ruta hasta en un 15% gracias a avances meteorológicos y tecnológicos como un detector de turbulencia desarrollado por la NASA.
“La tecnología sigue avanzando y la aviación es una de esas industrias donde la tecnología se usa para la seguridad de los que vuelan; así que yo veo la seguridad de aviación poniéndose mejor y mejor todos los días”, considera Escobio Casas.
“Hasta que no mitiguemos el cambio climático, la quema de combustibles fósiles y lo que el ser humano le está haciendo al planeta, pues en realidad esto no va a cambiar, si acaso va a continuar empeorando. Así que hay que amarrarse bien y tener el cinturón puesto en el avión”, alerta Morales, el meteorólogo de ClimaData.
Ya sea generando viajes más rápidos o sacudidas repentinas, los cielos están cambiando, así que abróchate siempre el cinturón, incluso cuando la señal en el avión esté apagada.
