La vicepresidenta Kamala Harris se convirtió la noche del lunes en la candidata del Partido Demócrata a la Presidencia, luego de que concluyeron las votaciones por internet de los delegados de la Convención Nacional Demócrata.
Harris y su equipo de campaña trabajaron rápidamente desde que Joe Biden renunció a la candidatura presidencial, para asegurarse el apoyo de los 1,976 delegados del partido, necesarios para conseguir la nominación en una votación formal.
Una encuesta realizada por The Associated Press entre los delegados de todo el país, muestra que Harris consiguió los votos necesarios tan sólo 32 horas después de que Biden se retiró de la contienda electoral.
Al conseguir la nominación formal de su partido, Harris pone fin a un período tumultuoso y frenético para los demócratas, tras la desastrosa actuación del presidente Joe Biden en el debate presidencial de junio frente a Donald Trump, que acabó con la confianza de sus partidarios y desató una extraordinaria guerra dentro del partido sobre si debía seguir con sus aspiraciones a la reelección.
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¿Seguirá Harris las políticas de Joe Biden?
Harris ya ha dejado entrever que no piensa desviarse mucho de los temas y políticas que enmarcaron la candidatura de Biden, como la democracia, la prevención de la violencia armada y el derecho al aborto. Pero su discurso puede ser mucho más feroz, sobre todo cuando invoca su experiencia como fiscal para arremeter contra Trump y sus 34 condenas por falsificación de registros empresariales en relación con una trama de pagos para ocultar información perjudicial.
“Dada esa voz única de una nueva generación, de una fiscal y de una mujer cuando los derechos fundamentales, especialmente los derechos reproductivos, están en juego, es casi como si las estrellas se hubieran alineado para ella en este momento de la historia”, dijo el senador demócrata por California Alex Padilla, que fue elegido para suceder a Harris en el Senado cuando se convirtió en vicepresidenta.
Sin embargo, los demócratas anticipan que la luna de miel política de Harris pasará, y que inevitablemente se verá sometida a un escrutinio más duro por las posturas del gobierno de Biden, el estado de la economía y las situaciones volátiles en el extranjero, especialmente en Oriente Medio.
Una encuesta de la AP y el Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos realizada tras el retiro de Biden de la contienda encontró que el 46% de los estadounidenses tienen una opinión favorable de Harris, mientras que una porción casi idéntica tiene una opinión desfavorable de ella.
Pero más demócratas dijeron que están satisfechos con su candidatura en comparación con la de Biden, dinamizando a un partido que llevaba tiempo resignado a que Biden, de 81 años, fuera su candidato frente al expresidente Donald Trump, un republicano al que ven como una amenaza existencial.