En la elección presidencial más contenciosa que se recuerde en Estados Unidos, se discute en las cortes hasta detalles como dónde deben colocarse los observadores de los comicios durante el recuento de votos.
Se han presentado cientos de demandas, con la perspectiva de muchas más antes y después de la jornada electoral del 3 de noviembre, a medida que tanto demócratas como republicanos tratan de resolver en las cortes un proceso habitualmente determinado por el sufragio de los ciudadanos.
Las demandas abarcan un amplio espectro, desde si está permitido portar armas cerca de los lugares de votación hasta aspectos más complicados que ya han llegado a la Corte Suprema.
“Es un nivel de litigio sin precedentes”, dijo Sophia Lin Lakin, subdirectora del Proyecto del Derecho al Voto de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés). “Parece reinar el deseo de elevar todo lo que se pueda. Posibles malentendidos o simples desacuerdos sobre las reglas terminan en las cortes. Es una sensación muy distinta”.
Se han presentado unas 300 demandas en decenas de estados de todo el países, y varias decenas están pendientes de resolución antes de la jornada electoral. Muchas tienen que ver con las alteraciones provocadas por la pandemia de coronavirus, que ha provocado más de 227,000 muertes en Estados Unidos y unos 9 millones de casos.
Las campañas del presidente Donald Trump y su rival demócrata Joe Biden han reclutado discretamente ejércitos de abogados que se preparan para la posibilidad de una prolongada batalla legal que llegue a la Corte Suprema.
En algunos lugares, los republicanos se han concentrado en los observadores, voluntarios de los partidos que se utilizan desde hace mucho tiempo en las elecciones. Estos vigilan los lugares de votación y toman nota de posibles problemas para impugnar la votación o el recuento.
El papel de estos vigilantes e impugnadores ha concitado mayor atención este año a medida que Trump ha formulado denuncias infundadas sobre la posibilidad de fraude debido al aumento de los votos enviados por correo. Trump ha exhortado a sus seguidores a concurrir a los lugares de votación y “observar con mucho cuidado”, lo que ha generado temores de que se intente intimidar a los votantes. Ha dicho falsamente que se “expulsó” a los observadores de un sitio de votación en Filadelfia, donde según él suceden “cosas malas” para las que no ha presentado pruebas.
En Nevada, la campaña de Trump y el Partido Republicano estatal acudieron a la corte para tratar de detener el recuento de boletas de la zona de Las Vegas enviadas por correo. Dicen que no se permite a los observadores acercarse lo suficiente a los trabajadores y las máquinas en el transitado centro de votación suburbano de Las Vegas para impugnar firmas en el condado más poblado y de mayor tendencia demócrata del estado.
Jesse Binnall, abogado republicano y de la campaña de Trump, dijo a un juez el miércoles que el proceso de recuento observado en Las Vegas impide lo que llamó una “oportunidad significativa” de impugnar la validez de las boletas enviadas por correo.
“Se puede impugnar las boletas de la gente que vota en persona”, dijo Binnall. “No se puede para la gente que vota por correo”.
Los demócratas de Nevada han dicho que la demanda es “lisa y llanamente” un intento de suprimir los votos en el condado más diverso del estado.
“El condado de Clark es un condado azul (demócrata)”, dijo el funcionario judicial estatal Gregory Zunino. “Francamente, quieren excluir la mayor cantidad posible de boletas o firmas del condado de Clark”.
En Michigan, un candidato a la legislatura estatal presentó una demanda en la que alega que las normas de distanciamiento social impiden que los observadores de los comicios supervisen cabalmente el proceso electoral. La demanda se resolvió rápidamente con el acuerdo de que los observadores pueden acercarse cuando les parezca necesario.
Por su parte, la corte suprema de Nuevo México rechazó una demanda del Partido Republicano estatal según la cual se ha negado a los impugnadores de los partidos la supervisión del proceso inicial de verificación de las boletas.
En Filadelfia, la campaña de Trump inició una demanda para exigir que sus representantes puedan vigilar a la gente que se registra en los padrones o llena boletas para enviar por correo en las oficinas electorales de Pennsylvania, un estado disputado y crucial para los dos candidatos. Un juez falló que la ley estatal no permite la presencia de esos representantes, y un tribunal de apelaciones confirmó el fallo.
Un juez en Michigan anuló recientemente la prohibición de portar armas en los lugares de votación. Y las demandas no dejan de multiplicarse: un hombre en Maryland demandó a la junta electoral del condado Harford luego de su arresto el mes pasado al tratar de votar sin la mascarilla puesta.
Las demandas acrecientan la confusión y la incertidumbre. Los expertos dicen que las impugnaciones se multiplicarán en los días posteriores a la elección. Pero solo podrán prosperar si exhiben pruebas de violaciones reales.
“Uno sabe que habrá demandas en parte porque el presidente dice desde la última elección que la elección es fundamentalmente justa”, dijo Justin Levitt, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Loyola y exfuncionario electoral del Departamento de Justicia. “Pero el hecho de que uno pueda iniciar una demanda alegando que la elección fue injusta debido a un ‘fraude, tal vez’ no es algo a lo que las cortes prestarán atención”, aseveró.