NUEVA YORK - Mientras Donald Trump se abría paso a una apretada victoria en la campaña presidencial de 2016, aliados clave intentaron allanarle el camino al pagarle a dos mujeres que sopesaban difundir afirmaciones de que tuvieron encuentros sexuales extramaritales con el republicano.
Se cree que los pagos, y la manera en que la compañía de Trump los registró, son el centro de una pesquisa de un jurado investigador que condujo a presentar cargos penales, y podrían resultar en el primer proceso penal en contra de un expresidente de Estados Unidos.
A continuación, un vistazo a los protagonistas del caso:
STORMY DANIELS
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Daniels, una actriz porno que también tuvo pequeños papeles en filmes convencionales como “The 40-Year-Old Virgin” y “Knocked Up”, recibió un pago de $130,000 para guardar silencio sobre lo que describe como un extraño e inesperado encuentro sexual con Trump en un torneo de golf para celebridades en Lake Tahoe, en 2006.
Trump niega haber tenido relaciones sexuales con Daniels.
Daniels, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, recibió el pago en las últimas semanas de la campaña presidencial de Trump de 2016, después de que su representante dijera que ella estaba dispuesta a hacer declaraciones oficiales a la publicación National Enquirer o en televisión para confirmar un encuentro sexual con Trump.
Daniels intentó capitalizar su renovada fama después de que se hiciera pública la noticia del pago, embarcándose en una gira nacional por clubes de desnudistas en 2018.
Durante una escala en Columbus, Ohio, Daniels fue arrestada bajo sospecha de tocar inapropiadamente a un agente encubierto, pero los cargos fueron desestimados horas más tarde.
Su exabogado, Michael Avenatti, cumple una condena de 11 años en prisión por extorsión y fraude, incluida una condena por robar $297,000 de las ganancias del libro que publicó Daniels en 2018: “Full Disclosure”.
KAREN MCDOUGAL
La exmodelo de Playboy dijo que tuvo un amorío de 10 meses con Trump a mediados de la década de 2000, y recibió un pago de $150,000 en 2016 de parte de la compañía matriz del National Enquirer por los derechos para publicar su historia sobre la supuesta relación.
Trump niega haber tenido una aventura con ella.
La historia nunca se publicó. La compañía guardó la historia de McDougal hasta después de la elección. American Media Inc. ha reconocido que sus pagos a McDougal eran con el fin específico de ayudar a la campaña electoral de Trump y se realizaron “en coordinación” con su campaña.
McDougal ha dicho que Trump intentó pagarle después de su primer encuentro sexual en el Beverly Hills Hotel en 2006. La exmodelo dijo que continuó su relación con Trump durante unos 10 meses y le puso fin en abril de 2007 porque se sentía culpable.
MICHAEL COHEN
Cohen, abogado de profesión, trabajó para la Organización Trump de 2006 a 2017, desempeñándose como el solucionador de los problemas de Trump. Una vez declaró orgulloso que “tomaría una bala” por su jefe.
Cohen asumió el papel de organizar el pago para Daniels, mediante una corporación que creó con ese propósito. Dijo que posteriormente el dinero le fue reembolsado por Trump, cuya compañía registró el pago y los bonos relacionados como “gastos legales”.
Unos cuantos meses después, Cohen también organizó el pago de $150,000 de la editorial del National Enquirer a McDougal por los derechos de su historia sobre su supuesto amorío con Trump.
Cohen realizó grabaciones de una conversación en la que él y Trump hablaron sobre el acuerdo de pagarle a McDougal mediante la editorial del tabloide. En cierto punto de la conversación, Trump dijo: “¿Cuánto tenemos que pagar por esto? ¿Ciento cincuenta?”
Trump niega el amorío.
Después de que Trump se convirtió en presidente, Cohen se presentó como alguien que posiblemente podía asesorar a clientes corporativos en el nuevo gobierno, cobrando cuantiosas sumas de compañías que buscaban influir en la Casa Blanca.
Fiscales federales acusaron a Cohen en 2018 de evasión fiscal relacionada con sus inversiones en la industria de taxis, de mentirle al Congreso y de violaciones a las finanzas de campaña por los pagos a Daniels y McDougal.
Cohen, quien culpó a Trump de sus problemas legales, se declaró culpable y pasó alrededor de un año en prisión antes de que fuera enviado a confinamiento domiciliario debido a la pandemia de COVID-19.
Se declaró culpable y pasó tiempo en una cárcel federal y ahora es un testigo clave de la fiscalía en la investigación del fiscal de distrito de Manhattan.
ALLEN WEISSELBERG
Weisselberg, director de finanzas de la Organización Trump durante varios años, tomaba decisiones clave sobre la manera en que la compañía llevaba su contabilidad, pero no parecía estar cooperando con la investigación sobre los pagos a Daniels y McDougal.
Durante su testimonio ante el Congreso en 2019, Cohen dijo que fue Weisselberg el que decidió cómo estructurar su reembolso por el pago a Daniels. Cohen dijo que Weisselberg realizó el pago durante 12 meses “para que pareciera un anticipo”.
Los fiscales federales le otorgaron a Weisselberg inmunidad limitada a cambio de su testimonio ante el jurado investigador en su pesquisa sobre los pagos.
Pero la fiscalía de Manhattan finalmente presentó cargos no relacionados contra Weisselberg por evadir impuestos sobre beneficios laborales que obtuvo de la compañía de Trump, incluyendo un apartamento libre de alquiler y un automóvil de lujo.
Se declaró culpable y cumple una breve sentencia en prisión que finaliza en abril.
DAVID PECKER
El exeditor del National Enquirer y viejo amigo de Trump testificó en dos ocasiones ante el jurado investigador sobre la participación del tabloide en suprimir historias negativas sobre Trump.
Pecker se reunió con Cohen durante la campaña de Trump en 2016 y dijo que la compañía matriz del Enquirer ayudaría a comprar y enterrar cualquier posible historia perjudicial sobre las relaciones de Trump con las mujeres.
Pecker, quien era presidente y director general del Enquirer en ese momento, accedió a mantener informado a Cohen sobre estas historias. En junio de 2016, alertó a Cohen de que un abogado de McDougal se había acercado a la publicación con el fin de vender su historia sobre un supuesto amorío con Trump.
El dueño del Enquirer en ese momento, American Media Inc., accedió a pagarle a McDougal por “derechos limitados” de la historia sobre su relación con “cualquier hombre que estuviera casado en ese momento”. La editorial dijo que publicaría a la modelo en dos portadas de revistas y escribiría más de 100 de sus artículos a cambio de $150,000.
Cohen firmó un acuerdo para adquirir la parte de confidencialidad del contrato de McDougal por $125,000 a través de la empresa que formó, pero luego Pecker canceló el acuerdo y le pidió a Cohen que rompiera el contrato.
Fiscales federales acordaron en 2018 no procesar a American Media a cambio de su cooperación en la investigación de financiamiento de campaña que condujo al acuerdo de culpabilidad y sentencia de Cohen.
La Comisión Federal Electoral multó a la empresa con $187,500 y consideró el pacto con McDougal como “una contribución corporativa en especie no permitida”.
Packer renunció como director general de la editorial en 2020.
ALVIN BRAGG
Bragg, el primer fiscal de distrito de raza negra en la historia de Manhattan, podría convertirse en el primer fiscal en presentar cargos contra un expresidente de Estados Unidos. El demócrata heredó una investigación en torno a Trump cuando asumió el cargo en enero de 2022.
Bragg se crió en Harlem durante la epidemia de crack de la década de 1980, donde dice que le apuntaron seis veces con un arma de fuego, tres de ellas por parte de la policía.
Graduado de la facultad de derecho de Harvard, había trabajado previamente como fiscal federal, director adjunto de la fiscalía general del estado, abogado de derechos civiles y profesor de derecho.
Bragg hizo campaña al cargo proyectándose como un reformista progresista. Fue elegido con el 83% de los votos en Manhattan, de inmensa mayoría demócrata.
Después de asumir el cargo, Bragg puso en pausa una investigación sobre los acuerdos comerciales de Trump, la cual se creía que se enfilaba a posibles cargos.
Pero después de que sus fiscales ganaron el año pasado un juicio en el que la Organización Trump fue condenada por evasión fiscal, Bragg convocó a un nuevo jurado investigador para indagar sobre los pagos a Daniels y McDougal.
JOSEPH TACOPINA
Abogado oriundo de Brooklyn y conocido por sus elegantes trajes y sus clientes famosos, Tacopina es el rostro público del equipo legal de Trump.
Trump es tan sólo el famoso más reciente en recurrir a Tacopina, quien incluye entre sus clientes previos a los raperos Meek Mill, Jay-Z y A$AP Rocky, así como al expelotero Alex Rodríguez.
Tacopina ha visitado programas noticiosos de televisión en las últimas semanas para defender al expresidente, cuestionando la investigación y los motivos de Bragg, poniendo en duda la credibilidad de Cohen como testigo estrella e insinuando que Trump fue víctima de una extorsión.
Pero no siempre fue así. En una aparición en televisión en 2018, mucho antes de que Tacopina empezara a representar a Trump, dijo a CNN que el pago a Daniels parecía ser “ilegal” y un “posible problema de financiamiento de campaña”. Declaró a la cadena que las afirmaciones de que Trump no estaba al tanto del pago “no pasan la prueba de la seriedad”.
Trump contrató a Tacopina en enero, en un principio para defenderlo de una demanda civil presentada por la columnista E. Jean Carroll, quien afirma que Trump la violó a mediados de la década de 1990. Ese caso está programado para ir a juicio el mes entrante.
Tacopina jugó al hockey sobre hielo en la universidad y posteriormente se dedicó a ser agente de jugadores. Es dueño del S.P.A.L, un equipo de la segunda división del fútbol italiano.
SUSAN NECHELES
Necheles es una abogada defensora de la ciudad de Nueva York que representó a la compañía de Trump en su juicio por fraude fiscal el año pasado y que ha estado trabajando tras bambalinas en la defensa penal del expresidente, reuniéndose con fiscales en un intento de prevenir posibles cargos.
Anteriormente se desempeñó como abogada del segundo a cargo de la familia criminal Genovese, el difunto Venero Mangano, conocido como Benny Eggs, y defendió al abogado de John Gotti, Bruce Cutler, en un caso de desacato a principios de la década de 1990.
En los últimos años, la graduada de la facultad de derecho de Yale ha representado a la heredera licorera Clare Bronfman en el caso de NXIVM.
Al igual que Tacopina, Necheles fue fiscal de Brooklyn.
Durante el juicio contra la Organización Trump, hizo énfasis al referirse a Trump como “presidente Trump”.
“Esta no es una declaración política”, explicó al jurado. “Mis padres fueron inmigrantes y migrantes”, continuó. “Y en mi casa nos referimos a todos los expresidentes como presidentes por respeto al cargo, ya sea que estuviéramos a favor o en contra de él”.
MATTHEW COLANGELO
Bragg contrató a Colangelo en diciembre para encabezar la investigación. Habían trabajado juntos previamente en asuntos relacionados con Trump como altos funcionarios en la oficina de la fiscal general de Nueva York Letitia James.
En ese tiempo, Colangelo trabajó en una demanda que resultó en el cierre de la fundación de caridad de Trump por el uso indebido de fondos.
También fue parte de una oleada de litigios estatales contra las políticas del gobierno de Trump, que resultaron en decenas de demandas que fueron desde la impugnación a la reducción de los estándares ambientales hasta cambios al servicio postal federal de cara a los comicios de 2020.
Después de que el presidente Joe Biden asumió el cargo, Colangelo se unió al Departamento de Justicia y por un tiempo fue el tercero a cargo. Posteriormente se convirtió en el principal colaborador de la subsecretaría de Justicia Vanita Gupta. Anteriormente, Colangelo se desempeñó como asistente adjunto del presidente Barack Obama, fue director adjunto del Consejo Económico Nacional y jefe de despacho del secretario federal del Trabajo.
JUAN MANUEL MERCHAN
Merchan, un respetado jurista y exfiscal, es el juez del caso penal contra Trump, el más reciente de una serie de casos relacionados con Trump que ha presidido.
Como juez interino de la división penal del tribunal de primera instancia de Nueva York, Merchan fue el juez en el juicio a la Organización Trump por fraude fiscal el año pasado y en un caso relacionado contra Allen Weisselberg, director de finanzas de la compañía durante largo tiempo.
Merchan, de 60 años, es el juez supervisor del jurado investigador que le formuló cargos a Trump y está presidiendo un caso de fraude por el muro fronterizo contra Steve Bannon, añejo aliado de Trump. También es el juez del tribunal de casos de salud mental de Manhattan.
Merchan condujo las negociaciones que derivaron en que Weisselberg llegara a un acuerdo para declararse culpable a mediados del año pasado, bajo el cual se comprometía a testificar en contra de la Organización Trump a cambio de una sentencia de cinco meses de cárcel.
Durante el juicio a la compañía, Merchan se mantuvo sereno y fue considerado, pero molestó a la defensa con algunos fallos que ellos sintieron eran favorables a la fiscalía.
Merchan, graduado de la escuela de derecho Hofstra, trabajó en el juicio y en divisiones de investigaciones de la fiscalía de distrito de Manhattan en la década de 1990, y tuvo varios puestos en la fiscalía estatal antes de ser nombrado juez en 2006.
Empezó siendo juez de un tribunal de lo familiar en el distrito del Bronx. En 2009 fue nombrado al tribunal de reclamaciones, que atiende demandas en contra del estado, y asignado a su papel actual de juez interino en el tribunal de primera instancia, que en Nueva York se le conoce como Corte Suprema. No es un funcionario electo.