El aborto se ha vuelto ligeramente más común, a pesar de las prohibiciones y de las profundas restricciones que existen en la mayoría de los estados controlados por republicanos, mientras las luchas legales y políticas sobre su futuro aún no terminan.
Han pasado ya dos años y medio desde que la Corte Suprema de Estados Unidos anuló el fallo en el caso de Roe vs. Wade y abrió la puerta para que los estados implementaran prohibiciones.
Las políticas y su impacto se han mantenido en constante cambio desde la decisión en el caso Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization.
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Este es un vistazo a los datos sobre la situación actual:
Los abortos son ahora ligeramente más comunes que antes del fallo en el caso Dobbs
La anulación del fallo en el caso de Roe vs. Wade y la aplicación de las prohibiciones del aborto han cambiado la forma en que las mujeres abortan en Estados Unidos.
Pero algo que no se ha logrado es reducir el número de abortos.
Recientemente, se han realizado ligeramente más abortos mensuales en todo el país que los que había en los meses previos a la decisión de junio de 2022, aun cuando la cifra en estados con prohibiciones se redujo casi a cero.
“Las prohibiciones contra el aborto no impiden que los abortos ocurran”, dijo Ushma Upadhyay, científica social especializada en salud pública de la Universidad de California en San Francisco.
Pero sí modifican la atención, afirmó.
Las mujeres de algunos estados enfrentan importantes obstáculos para abortar, y los defensores dicen que las mujeres de bajos ingresos, pertenecientes a minorías e inmigrantes tienen menos probabilidades de obtenerlos cuando lo desean.
Para aquellas que viven en estados con prohibiciones, las formas de acceder al aborto son a través de viajes o píldoras abortivas.
Las píldoras han adquirido una mayor importancia en la ecuación y en las cuestiones legales
Conforme se implementaron las prohibiciones, las píldoras abortivas se convirtieron en una parte más importante de la ecuación.
Se utilizaron en aproximadamente la mitad de los abortos antes del fallo en el caso Dobbs. Más recientemente, la cifra ha sido de cerca de dos tercios, según investigaciones del Instituto Guttmacher.
El ligero aumento en ese tipo de abortos, en el que suele utilizarse una combinación de dos medicamentos, ya estaba en curso antes de la decisión.
Pero ahora, se ha vuelto más común que las píldoras se receten por telemedicina. Para el verano de 2024, aproximadamente 1 de cada 10 abortos se realizó mediante píldoras recetadas por telemedicina a pacientes en estados donde el aborto está prohibido.
Como resultado, las píldoras están ahora en el centro de las batallas sobre el acceso al aborto.
Este mes, Texas demandó a un médico de Nueva York por recetar píldoras a una mujer de ese estado mediante telemedicina. Asimismo, Idaho, Kansas y Missouri pretenden revocar sus aprobaciones federales y tratar a esos fármacos como “sustancias peligrosas controladas”, además de que existe un impulso para que el gobierno federal comience a aplicar una ley federal del siglo XIX que prohibiría su envío por correo.
Aumentan los viajes para abortar
Las clínicas han cerrado o han dejado de realizar abortos en estados con prohibiciones.
Pero se ha fortalecido una red de esfuerzos para llevar a las mujeres que desean abortar a lugares donde el procedimiento es legal, y ahora es común viajar para abortar.
El Instituto Guttmacher encontró que, en 2023, más del doble de residentes de Texas se practicaron un aborto en Nuevo México que los residentes de ese estado. Y hubo el mismo número de personas de Texas y de Kansas que abortaron en este último estado.
Los fondos para abortos, que se beneficiaron de las “donaciones de ira” en 2022, han ayudado a pagar los costos para muchas personas que desean abortar. Pero algunos fondos han tenido que limitar la cantidad que pueden dar.
El mapa del aborto ha ido cambiando
Desde la anulación del fallo en el caso Roe vs. Wade, las acciones de los legisladores y los tribunales han cambiado constantemente los lugares y las condiciones en las que el aborto es legal.
Así es como está ahora:
La prohibición que entró en vigor en Florida este año ha sido un punto de inflexión
Florida, el segundo estado más poblado de la nación, comenzó a aplicar el 1 de mayo una prohibición del aborto después de las primeras seis semanas de embarazo.
Eso hizo que el estado pasara inmediatamente de ser un refugio para otros sureños que buscan un aborto a convertirse en un estado exportador de personas que desean abortar.
En mayo, se realizaron aproximadamente 30% menos abortos en ese estado, en comparación con el promedio de los primeros tres meses del año. Y en junio, hubo 35% menos.
Aunque la prohibición no es única, el impacto es especialmente grande. El tiempo promedio de conducción desde Florida hasta una instalación en Carolina del Norte donde el aborto está disponible para las primeras 12 semanas de embarazo es de más de nueve horas, según datos obtenidos por Caitlin Myers, profesora de economía del Middlebury College.
Se han abierto o expandido clínicas en algunos lugares
Las prohibiciones han hecho que muchas clínicas cierren o dejen de ofrecer abortos en algunos estados.
Pero en algunos estados donde el aborto sigue siendo legal hasta la viabilidad fetal, que generalmente se considera en algún momento después de las 21 semanas de embarazo, aunque no hay un tiempo fijo para ello, se han abierto clínicas, o se han expandido las ya existentes.
Illinois, Kansas y Nuevo México están entre los estados con nuevas clínicas.
Había 799 proveedores de abortos públicamente identificables en Estados Unidos en mayo de 2022, el mes previo a que la Corte Suprema revocara el fallo del caso Roe vs. Wade. Y para noviembre de este año, eran 792, según un recuento de Myers, que recopila datos sobre proveedores de abortos.
Pero ella afirma que algunos hospitales que siempre proporcionaron algunos abortos han comenzado a publicitarlos. Así que ahora entran en el conteo de clínicas, aunque podrían proporcionar pocos de ellos.
La falta de acceso al aborto en emergencias amenaza la vida de algunas pacientes
La forma en que los hospitales manejan las complicaciones del embarazo, especialmente aquellas que amenazan la vida de las mujeres, ha surgido como un problema importante desde que se anuló el fallo en el caso Roe.
El gobierno del presidente Joe Biden afirma que los hospitales deben ofrecer abortos cuando sean necesarios para prevenir la pérdida de órganos, hemorragias o infecciones mortales, incluso en estados con prohibiciones. Texas ha objetado la política gubernamental, y este año, la Corte Suprema de Estados Unidos se negó a tomar el caso después de que el gobierno de Biden demandara a Idaho.
Desde 2022, más de 100 mujeres embarazadas que buscaban ayuda en salas de emergencia fueron rechazadas o se les dejó inestables, según datos obtenidos por The Associated Press en un análisis de registros federales de investigación hospitalaria.
Entre las afectadas había una mujer que tuvo un aborto espontáneo en el baño del vestíbulo de una sala de emergencias de Texas debido a que el personal se negó a atenderla, y una mujer que dio a luz en un auto porque un hospital de Carolina del Norte no pudo ofrecerle una ecografía. El bebé murió más tarde.
“Cada vez es menos seguro estar embarazada y buscar atención urgente en una sala de emergencias”, declaró a la AP a principios de este año Dara Kass, médica de emergencias y exfuncionaria del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.
El derecho al aborto es popular entre los votantes
Desde la anulación del fallo en el caso Roe vs. Wade, se han sometido a votación 18 preguntas a nivel estatal relacionadas con los derechos reproductivos.
Los defensores de los derechos al aborto han prevalecido en 14 de ellas y han perdido en cuatro.
En la elección de 2024, se enmendaron las constituciones de cinco estados para agregar el derecho al aborto. Tales medidas fracasaron en tres estados: en Florida, donde se requería un apoyo de 60%, en Nebraska, que tenía varias medidas sometidas a votación sobre el aborto que competían entre sí, y en Dakota del Sur, donde la mayoría de los grupos nacionales de derechos al aborto apoyaron la medida.
En datos de AP VoteCast se encontró que más de tres quintas partes de los votantes en 2024 apoyaron que el aborto sea legal en todos o en la mayoría de los casos, un ligero aumento con respecto a 2020. El respaldo se produjo aun cuando los votantes apoyaron a los republicanos para controlar la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso.
Los periodistas de The Associated Press Linley Sanders, Amanda Seitz y Laura Ungar contribuyeron a este despacho.
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.