HOUSTON – Cuando Paul Rodríguez ingresó al hospital Metodista de San Antonio en julio pasado contagiado por el COVID-19 y con un cuadro de neumonía en ciernes, nunca se llegó a imaginar que su única opción para seguir viviendo fuera un trasplante de pulmones.
Rodríguez, tras ser puesto bajo la ayuda de un respirador artificial, tuvo que ser trasladado a Houston a mediados de septiembre, debido a que las complicaciones por el virus minaban minuto a minuto sus posibilidades de vivir.
A los 52 años, y sin tener ningún tipo de prexistencia médica que hiciera pensar que el virus lo pudiera poner al borde de la muerte, Rodriguez fue ingresado al hospital Baylor St. Luke en el Medical Center, gracias a la gestión conjunta de los doctores Jeffrey Dellavolpe del Metodista y Puneet Garcha de Baylor St. Luke.
Un mes después, a mediados de Octubre, y tras estar en una lista de espera, Rodríguez fue sometido al trasplante doble de sus pulmones por un equipo del hospital liderado por el doctor Gabriel Loor.
Este martes 24 de noviembre, el paciente fue dado de alta del hospital en Houston, aunque tendrá que continuar con sus terapias de recuperación. No obstante, salió victorioso y feliz al lado de su familia.
Durante su tiempo en el hospital, Rodríguez no solo renació tras ver cómo sus pulmones eran destruidos por el coronavirus. En esos meses se casó y recientemente celebró sus 52 años antes de salir del hospital.
La cirugía practicada a este sobreviviente de COVID-19 es una de las pocas que se han celebrado este año en medio de la pandemia en todo el país y la primera en Houston.