Estados Unidos podría enfrentar su primer default federal en la historia del país, si el Congreso no eleva el techo de la deuda en las próximas semanas.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, advirtió recientemente que “no hay ninguna opción buena” para evitar una “calamidad” económica si el Congreso no actúa pronto.
Yellen alertó que el país podría alcanzar el tope de deuda el 1 de junio, mucho antes de lo que habían vaticinado muchos analistas, porque los ingresos por impuestos resultaron ser menores a lo esperado.
Los republicanos en el Congreso se han negado a aumentar el tope de deuda a menos que los demócratas se comprometan a realizar profundos recortes de gastos, lo que incrementa el riesgo de que el país caiga en su primer default federal de la historia.
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QUÉ ES CAER EN DEFAULT
Cuando un país incumple sus deudas y no la paga, cae en default. Esto significa que el gobierno es incapaz de pagar la cantidad debida a sus prestamistas, ya sean bancos, empresas o gobiernos extranjeros.
Esta es la posibilidad más aterradora para el gobierno de Joe Biden. Si no hay acuerdo en el Congreso, el gobierno podría llegar a su "fecha X", el momento en que ya no podrá pagar todas sus facturas.
El Departamento del Tesoro ya no podría usar estrategias contables para mantener abierto al gobierno y si ya no puede pedir más préstamos, las deudas se acumularían y el gobierno incumpliría.
LAS CONSECUENCIAS SERÍAN DEVASTADORAS
La Casa Blanca publicó un preocupante informe en el que advirtió sobre el daño potencial a la economía de los estadounidenses y a los contribuyentes si el gobierno no aumenta el límite de deuda de la nación.
Un incumplimiento “breve” de las deudas le costaría a la economía 500,000 empleos, según un análisis de la Casa Blanca, mientras un incumplimiento “prolongado” pondría en riesgo más de 8.3 millones de puestos de trabajo, según el análisis.
Este último escenario, calificado por muchos como apocalíptico, sería muy similar al que enfrentó EEUU durante la crisis financiera de 2008.
“Sea pagos de intereses de la deuda, o para los beneficiarios del Seguro Social o a proveedores de Medicare, simplemente no tendremos suficiente efectivo para cumplir con todas nuestras obligaciones”, expresó Yellen. “Y hay un consenso de que ocurrirá un caos financiero y económico”.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, se negó a aceptar que cualquiera de estos escenarios fuera posible.
POR QUÉ NO SE LLEGA A UN ACUERDO
Demócratas y republicanos están enfrascados en una disputa sobre si el tope de deuda – que actualmente es de 31,381 billones de dólares – siquiera debe ser sujeto a negociación. Los republicanos, liderados por el presidente de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy, exigen recortes de gastos a cambio de permitir un nuevo tope, mientras que Biden insiste en que la amenaza de un default no debería ser usada en negociaciones sobre el presupuesto.
El tope actual, de unos $31.4 billones, fue alcanzado en enero. Desde entonces, Yellen ha recurrido a diversas medidas de contabilidad para no superarlo.
La funcionaria no descartó que el presidente Joe Biden evada al Congreso y actúe por su cuenta para evitar lo que sería el primer default federal. Esto quiere decir que Biden podría citar la 14ta Enmienda de la Constitución según la cual “la validez” de la deuda estadounidense “no puede ser cuestionada”.
Un aumento del tope de deuda no sería una autorización para más gasto público. Solo permitiría tomar prestado para pagar gastos que ya han sido aprobados por el Congreso.
Los republicanos en la cámara aprobaron el 26 de abril una propuesta para elevar el tope de deuda, pero con grandes recortes de gastos. Esos recortes probablemente no contarán con el respaldo de todos los republicanos en el Senado, que es controlado por los demócratas, y Biden ha dicho que negociará sobre el presupuesto solo cuando desaparezca el riesgo de un default.
Existe la posibilidad de que los legisladores puedan acordar una extensión a corto plazo, empujando el vencimiento del límite de deuda hasta el 30 de septiembre, cuando también se debe aprobar un presupuesto federal.