Mal olor, heces fecales y basura es parte de lo que se puede encontrar en el vecindario de Kensington de Filadelfia tras la “limpieza” llevada a cabo por las autoridades al remover los campamentos de adictos e indigentes de debajo de los puentes.
Según María Quiñones Sánchez, concejal de la ciudad, la situación se tornó en un problema de salud pública. “Esta gente está ensuciándose en las escaleras de las personas”, sostuvo la funcionaria municipal.
De hecho, una televidente de Telemundo 62 envió a la redacción un video en el que un individuo se baja los pantalones y comienza a hacer sus necesidades entre dos autos estacionados frente a su vivienda.
Por otro lado, los desamparados no tiene a donde ir y uno que dialogó con Iris Delgado, quien se identificó como Chuck, destacó que “donde se supone que vayamos al baño. Si usted quiere limpiar la ciudad ponga letrinas por todas partes, así se comienza”.
La funcionaria municipal agregó que la orden ejecutiva del alcalde Jim Kenney establece que “no se va a arrestar a nadie” que se desaloje o acampe en los alrededores. “Hay consecuencias hasta que la gente no decida entrar a tratamiento y hemos visto en este último año que no está funcionando”.
El costo promedio, si es que el gobierno le provee alojamiento y comida a los indigentes, está evaluado en $26 mil por persona, presupuesto con el que no cuenta Filadelfia, según Quiñones.
Raúl Serrata, un vecino afectado por la problemática, “esto le da una visión muy a la ciudad y las autoridades deberían tenerlo presente y darle una ayuda o algo. Deben ubicarlos (a los indigentes) en algún lugar, preferiblemente para personas así”.
EEUU
Lo cierto es que las labores de “limpieza” y remoción de escombros iniciaron hace dos años con los rieles dentro de la propiedad de Cornrail en Kensington, de ahí pasaron a los puentes y ahora el campamento de adictos prolifera en el sector.