El propietario de la residencia en Norristown, Pensilvania que se quemó el pasado sábado, dejando el saldo de dos adultos y dos niñas sin vida, podría enfrentar cargos por arrendar la vivienda de forma ilegal.
Según el portavoz del Departamento de Códigos Estructurales de Montgomery County la casa fue comprada en abril del 2006 y nunca se solicitaron permisos para arrendarla ni mucho menos inspeccionarla.
La investigación del incendio arrojó que en la estructura vivían varias familias y que se había dividido en diferentes espacios para rentar.
Asimismo los detectores de humo no estaban funcionando.
Durante la tarde del martes vecinos y familiares de las niñas fallecidas, de once y seis años, montaron un altar provisional para recordarlas y recolectar donaciones para poder transportar los cuerpos a su natal México.
