Recesión en EEUU

Ante la inflación y la desaceleración de la economía, Biden se muestra optimista

El presidente dijo este jueves que pese a todo, "esto no suena a a recesión".

El presidente Joe Biden habló este jueves desde la Casa Blanca.
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WASHINGTON DC - La economía estadounidense se desaceleró entre abril y junio por segundo trimestre consecutivo, con una contracción del 0.9% anual, elevando los temores de una recesión inminente, informó el Departamento de Comercio. Y este jueves, el presidente Joe Biden resaltó que no existe "recesión".

"Mi plan económico está centrado en bajar la inflación sin renunciar a las ganancias económicas que hemos conseguido", subrayó el mandatario. Biden se apoyó este jueves en los datos económicos recientes del país para defender la fortaleza de la economía estadounidense y concluir: "Esto no suena a recesión".

Esta caída del Producto Interno Bruto —la medida más amplia de la economía— siguió a la contracción de 1.6% anual en el primer trimestre del año. La caída del PIB en dos trimestres consecutivos constituye un indicador informal, aunque no definitivo, de recesión.

El informe aparece en un momento crucial. Consumidores y empresas padecen los efectos de una fuerte inflación y el encarecimiento del crédito. El miércoles, la Reserva Federal aumentó su tasa de interés referente en tres cuartos de punto por segunda vez consecutiva para tratar de contener la inflación más alta de las últimas cuatro décadas.

Biden dedicó los últimos minutos de su discurso desde la Casa Blanca sobre las medidas para atajar la inflación para responder "con hechos sobre el estado de la economía" al debate sobre si el país ha entrado en un periodo de recesión tras encadenar el Producto Interior Bruto dos trimestres seguidos de contracción, un 0.2% entre abril y junio.

Subrayó así los datos "récord" de empleo, con la creación de nueve millones de puestos de trabajo y una tasa de desempleo que está actualmente en el 3.6%, y habló también de las importantes inversiones que han anunciado grandes compañías en el país.

Citó así las inversiones de miles de millones en semiconductores por parte de tecnológicas como Intel, Samsung and Texas Instruments, o en vehículos eléctricos a cargo de Ford, General Motors, Hyundai y Tesla.

El incremento de 0.75% se da en medio de la peor inflación en décadas

También habló de la ley que se aprobará en la Cámara de Representantes para impulsar la fabricación de chips, y de la inversión que hará su gobierno para incentivar energías alternativas para reducir la inflación -- sobre la que tanto pesan los precios de los combustibles.

Todo para concluir que "esto no suena a recesión", dijo el mandatario justo antes de abandonar la sala.

Por la mañana, en un comunicado, Biden atribuyó el frenazo económico a las acciones de la Reserva Federal para combatir la inflación e insistió en que Estados Unidos está "en el camino adecuado" para salir reforzado de la pandemia.

"Después del crecimiento económico histórico del año pasado, y tras haber recuperado los empleos del sector privado perdidos durante la pandemia, no es una sorpresa que la economía se esté desacelerando a medida que la Reserva Federal actúa para reducir la inflación", dijo en esa nota.

LOS DETALLES DEL REPORTE DEL PIB

La desaceleración del PIB real reflejó disminuciones en la inversión privada en inventario, la inversión fija residencial, el gasto del gobierno federal, el gasto del gobierno estatal y local y la inversión fija no residencial que fueron parcialmente compensadas por aumentos en las exportaciones y los gastos de consumo personal (PCE). Las importaciones, que son una resta en el cálculo del PIB, aumentaron.

La disminución de la inversión en inventario privado estuvo liderada por una disminución en el comercio minorista (principalmente tiendas de mercadería general y concesionarios de vehículos motorizados).

La disminución de la inversión fija residencial estuvo liderada por una disminución en "otras" estructuras (específicamente las comisiones de los corredores). La disminución en el gasto del gobierno federal reflejó una disminución en el gasto no relacionado con la defensa que fue compensado en parte por un aumento en el gasto en defensa. La disminución en el gasto no relacionado con la defensa reflejó la venta de petróleo crudo de la Reserva Estratégica de Petróleo, lo que da como resultado una disminución correspondiente en los gastos de consumo.

Debido a que el petróleo vendido por el gobierno ingresa a los inventarios privados, no hay un efecto neto directo sobre el PIB.

La disminución en el gasto de los gobiernos estatales y locales estuvo liderada por una disminución en la inversión en estructuras.

El centro de la atención era la Reserva Federal de Estados Unidos, que está en apuros para mantener a raya la inflación. Su herramienta principal es el aumento de las tasas de interés a fin de enfriar la economía, pero ello conlleva el riesgo de causar accidentalmente una recesión.

La disminución en la inversión fija no residencial reflejó disminuciones en estructuras y equipos que fueron compensadas en su mayoría por un aumento en los productos de propiedad intelectual.

El aumento de las importaciones reflejó un aumento de los servicios (encabezados por los viajes).

El aumento de las exportaciones reflejó incrementos tanto en bienes (liderados por suministros y materiales industriales) como en servicios (liderados por viajes). El aumento en el PCE reflejó un aumento en los servicios (liderado por servicios de alimentación y alojamiento, así como atención médica) que fue parcialmente compensado por una disminución en bienes (liderado por alimentos y bebidas).

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El PIB real disminuyó menos en el segundo trimestre que en el primero, disminuyendo un 0.9% después de disminuir un 1.6%. La menor disminución reflejó un repunte en las exportaciones y una menor disminución en el gasto del gobierno federal que fueron parcialmente compensados ​​por mayores caídas en la inversión en inventario privado y el gasto del gobierno estatal y local, una desaceleración en PCE y reducciones en la inversión fija no residencial y la inversión fija residencial. Las importaciones se desaceleraron.

El PIB en dólares corrientes aumentó un 7.8% a una tasa anual, o $465,100 millones, en el segundo trimestre a un nivel de $24.85 billones. En el primer trimestre, el PIB aumentó 6.6%, o $383,900 millones (tablas 1 y 3).

El índice de precios de las compras internas brutas aumentó 8.2% en el segundo trimestre, en comparación con un aumento de 8.0% en el primer trimestre. El índice de precios PCE aumentó un 7.1%, la misma tasa que el primer trimestre. Excluyendo los precios de los alimentos y la energía, el índice de precios PCE aumentó un 4.4%, en comparación con un aumento del 5.2%.

RENTA PERSONAL

Los ingresos personales en dólares corrientes aumentaron $353,800 millones en el segundo trimestre, en comparación con un aumento de $247,200 millones en el primer trimestre. El aumento reflejó principalmente aumentos en la compensación (dirigida por sueldos y salarios privados), ingresos de los propietarios (tanto no agrícolas como agrícolas), recibos de ingresos personales sobre activos e ingresos por alquileres.

El ingreso personal disponible aumentó $291,400 millones, o 6.6%, en el segundo trimestre, en contraste con una disminución de $58,800 millones, o 1.3%, en el primer trimestre. El ingreso personal disponible real disminuyó un 0.5%, en comparación con una disminución del 7.8%. El ahorro personal fue de $ 968,400 millones en el segundo trimestre, en comparación con $1.02 billones en el primer trimestre. La tasa de ahorro personal (ahorro personal como porcentaje del ingreso personal disponible) fue del 5.2% en el segundo trimestre, en comparación con el 5.6% en el primer trimestre.

Pero la Casa Blanca minimizó el miércoles la idea de que EEUU vaya a sumergirse en una recesión.

"Nos estamos preparando para esto de la misma forma en la que nos preparamos ante cualquier informe importante, pensando en cómo afecta a las familias", dijo Jared Bernstein, uno de los asesores económicos de Biden.

Bernstein argumentó que las "familias no comen PIB" y que lo que importa es examinar cómo la situación económica afecta a sus empleos, sus salarios y al precio de la gasolina o la comida.

Tradicionalmente, se considera que una economía ha entrado en recesión cuando encadena dos trimestres seguidos de caída del PIB, pero Bernstein argumentó que hay otros factores como la fortaleza del mercado de trabajo o el gasto de los consumidores, ambos en buen estado, que deberían tenerse en cuenta.

TELEMUNDO62 habló con expertos acerca de los nuevos datos inflacionarios y cómo es que está afectando a los consumidores. Jaime Becerril nos cuenta.

"La idea de recesión está definida por los economistas como una bajada de la actividad económica amplía y persistente. No es necesariamente dos trimestres de bajada del PIB, especialmente si esas bajadas son leves", aseveró Bernstein, quien sin embargo dijo no querer pintar una "imagen demasiado amable" de la situación.

Reconoció que hay familias que están sufriendo por la elevada inflación, en niveles no vistos desde 1981, y explicó que el Gobierno está trabajando con el Congreso para ayudar directamente al pueblo estadounidense, por ejemplo, rebajando el precio de los medicamentos.

En EEUU, donde la inflación alcanzó en junio el 9.1%, el mercado laboral se mantiene en buen estado con una tasa de desempleo del 3.6%, una situación prácticamente de pleno empleo, durante los últimos cuatro meses, mientras que el gasto de los consumidores se mantiene en auge en señal de reactivación económica tras la pandemia.

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