LA HABANA, Cuba - Pasajeros del vuelo de Southwest Airlines que este domingo aterrizó de emergencia en La Habana revelaron el pánico y los momentos de horror que vivieron tras sentir la explosión en uno de los motores de la nave y ver como la cabina comenzaba a llenarse de un humo que les privaba de la respiración.
El vuelo 3923 de la aerolínea Southwest que despegó este domingo a las 12:05 del mediodía de La Habana, nunca llegó a su destino final en Fort Lauderdale, pues segundos después de dejar el aeropuerto, una falla en el motor derecho, originada por el choque de varias aves, desató el pánico.
"Nacimos, 150 gentes nacieron ayer. Yo me vi muerta, no podíamos respirar", relata Jenni González tras llegar al aeroopuerto de Fort Lauderdale este lunes en otro vuelo.
“Lo único que hice fue escribirle a mi esposa y decirle saluda a mis hijos que los amo”, recuerda Jorge Montesino, uno de los cientos de pasajeros que lograron aterrizar sin problemas luego de que el avión diera la vuelta en el aire y regresara de inmediato al Aeropuerto Internacional José Martí para poner a salvo a toda la tripulación y los pasajeros.
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Pero Montesino no fue el único que alcanzó a despedirse de sus familiares, pues otros muchos también pensaron que se trataba de sus últimos segundos con vida.
Dulce Meléndez cuenta que es la “primera vez (que vive) una experiencia tan mala, pensé que íbamos a explotar en el aire”.
EEUU
“Ya íbamos a empezar a entrar en las nubes y se escuchó una explosión muy grande”, recuerda Jorge Montesino, uno de los pasajeros del vuelo que aterrizó de emergencia este domingo en Cuba. "Rápidamente el avión se llenó de humo y costaba respirar".
“Y se veía la candela y el humo entrando, todavía estoy afectado”, dice impactado el pasajero.
Steven Rodríguez dice que se escuchó “como un gran boom, como una explosión", pero todo se puso mas tenso luego de que las máscaras no cayeron del compartimento del techo de la nave.
“La gente empezó a tomar el asunto en sus propias manos y por la fuerza estaban golpeando el techo para expulsar las máscaras. Y la gente tenía los nudillos ensangrentados y todo porque estaban golpeando el techo. Había niños pequeños en el avión y mujeres mayores”, repara Rodríguez.
Por su parte, Yanlis Vargas confiesa también haberse sentido “asustada … el tema es que no abría donde caían las máscaras , hubo que romperlas".
Según la Biblioteca Nacional de Medicina, el despliegue de máscaras de oxígeno en un incendio no es recomendado para airline producedures (procedimientos de aerolíneas) porque aumenta la concentración de oxígeno, causando un mayor peligro de incendio.
En uno de los videos publicados en redes sociales en medio del caos se le oye a alguien preguntar: ¿quién más tiene niños? Mientras un hombre intenta identificar a todos los menores a bordo, los padres explican frenéticamente a sus hijos que deben usar las máscaras de oxígeno.
"Póntela como el aerosol de casa", se le oye a una madre decir en medio del alboroto y el humo que asfixiaba a todos a bordo.
LA PILOTO Y EL ATERRIZAJE DE EMERGENCIA
Quien controlaba la nave era una mujer. Con solo la turbina izquierda funcionando, se vio obligada a declarar un aterrizaje de emergencia y entonces maniobró la aeronave, dio la vuelta y aterrizó con todos los pasajeros a salvo.
Una labor que los pasajeros reconocen como heróica: “De verdad que la capitana hizo un buen trabajo”, apunta Vargas, quien este domingo logró llegar en otro vuelo al sur de Florida y junto a su hijo encontrarse con su esposo.
Atrás en la cabina, a medida que el avión se aproximaba a tierra, desesperados los pasajeros trataban de cubrirse el rostro con la ropa.
“Para ser honesto, pensé que era mi hora de irme. Estaba aterrado", advierte Steven Rodríguez. "Me alegro de que todavía estemos aquí".
Minutos más adelante, el Boeing 737 finalmente tocó suelo. Era el primer alivio en medio de la angustiosa prisa por abandonar el fuselaje.
Algunos que grabaron videos de lo sucedido se les ve en medio del pánico tapándose la cara, otros apretaban con sus manos lo que parecía ser un amuleto, hasta que el avión se detuvo y finalmente pudieron evacuar.
“Nos tiramos por un canal inflable, todo el mundo ayudándose, las mamás con los niños, auxiliándonos entre nosotros ahí”, recuerda Dulce Meléndez.
Información aún por confirmar indica que durante la emergencia al menos dos pasajeros sufrieron heridas leves. Lo que si es cierto es que todos, se llevaron el susto de sus vidas.
“Ahora para montarme en un avión de nuevo me va a tocar un poquito de tiempo”, confiesa Yanlis Vargas.
Pero Jorge lo que agradece es que “gracias a Dios estamos vivos y podemos contar el cuento”.