Las acciones de Spirit Airlines cayeron a un mínimo histórico este viernes tras un informe que señala que la aerolínea está explorando acogerse al Capítulo 11 de bancarrota. La aerolínea, conocida por sus aviones amarillos y su enfoque de bajo costo, enfrenta un plazo este mes para renegociar más de $1,000 millones en deuda.
El posible proceso de bancarrota marcaría un giro dramático para Spirit, una compañía que fue rentable y puntual antes de la pandemia. Su modelo de servicio sin lujos se convirtió en tema de broma entre comediantes nocturnos y en una amenaza para las grandes aerolíneas, atrayendo clientes con tarifas extremadamente bajas y cargos adicionales por asignaciones de asientos y equipaje de mano.
Sin embargo, las grandes aerolíneas pronto copiaron exitosamente gran parte de este modelo con tarifas básicas mínimas. Además, a principios de este año, un juez federal bloqueó la planeada adquisición de Spirit por parte de JetBlue Airways por motivos antimonopolio, truncando lo que ambas compañías consideraban una oportunidad clave para competir con sus rivales más grandes.
Este acuerdo frustrado dejó a Spirit en una posición vulnerable. La aerolínea ha tenido que lidiar con un llamado de emergencia para los motores Pratt & Whitney, cambios en los patrones de viaje de los consumidores y costos operativos más altos. En enero, Spirit ya había señalado que estaba explorando opciones para refinanciar su deuda tras el colapso del acuerdo con JetBlue.
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Spirit tiene más de $1,000 millones de dólares en deuda respaldada por su programa de lealtad, y dicha deuda vence en septiembre del próximo año. La aerolínea tiene hasta el 21 de octubre para refinanciar o extender estos bonos asegurados.
Desde 2020, Spirit ha reportado pérdidas financieras, incluida una pérdida de casi $193 millones en el segundo trimestre de este año. Ante esta situación, la compañía ha estado tratando de reducir costos, recortando vuelos, postergando pedidos de aviones Airbus y reduciendo su capacidad de crecimiento para noviembre y diciembre en aproximadamente un 17%, según el analista de Barclays, Brandon Oglenski.
El CEO de Spirit, Ted Christie, afirmó en una nota al personal que la compañía está implementando un plan integral para competir mejor, fortalecer su balance y retornar a la rentabilidad. Además, indicó que se mantienen en conversaciones con sus acreedores para asegurar el mejor resultado para la empresa.
Un portavoz de Spirit se negó a hacer comentarios sobre un informe de The Wall Street Journal que indicaba que la aerolínea estaba considerando declararse en quiebra. El asesor de Spirit, Perella Weinberg Partners, se negó a hacer comentarios.
A pesar de estos esfuerzos, el precio de las acciones de Spirit cayó más de un 24% el viernes, alcanzando un mínimo histórico de $1.69. Las acciones han perdido casi el 90% de su valor en lo que va del año. Mientras tanto, las acciones de Frontier Airlines, que en su momento también intentó fusionarse con Spirit, aumentaron un 16%, al igual que las de otras aerolíneas que mostraron un alza en el mercado.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés por Leslie Josephs para nuestra cadena hermana CNBC.com. Para más de CNBC entra aquí.