Recién salido de una reunión en la Casa Blanca sin ningún avance serio para llegar a un acuerdo sobre el incremento del techo de la deuda, el presidente Joe Biden empieza una nueva estrategia para presionar a los republicanos de la Cámara de Representantes.
Biden viaja este miércoles a Valhalla, Nueva York, en donde argumentará que los republicanos están poniendo en riesgo las ganancias económicas por las que tanto ha luchado al amenazar con la suspensión de pagos. El área está representada por el representante republicano Mike Lawler, cuyo distrito ganó Biden en 2020.
La Casa Blanca utilizará el viaje para destacar los logros económicos del gobierno de Biden, como la cantidad de empleos creados durante su mandato y un nuevo enfoque en la fabricación nacional, al tiempo que advierte que un impago de deuda sin precedentes amenazaría millones de puestos de trabajo y aumentaría la perspectiva de una recesión.
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De regreso en Washington, altos funcionarios de la Casa Blanca y asesores del Congreso discuten un camino para evitar un catastrófico incumplimiento del pago de la deuda tan pronto como el 1 de junio y preparan para otra reunión entre Biden y los principales líderes del Capitolio a finales de esta semana.
Sin embargo, el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, republicano por California, mostró pocas señales de que él y los republicanos de la Cámara estuvieran dispuestos a ceder en su propuesta del techo de la deuda, y Biden subrayó nuevamente que el plan de los republicanos resultaba imposible.
Los republicanos de la Cámara de Representantes, en su medida de deuda aprobada en abril, apuntan a $4.5 billones en ahorros por déficit a través de recortes en el gasto, eliminando exenciones fiscales para invertir en energía limpia y deshaciendo la propuesta de Biden de perdonar la deuda de préstamos estudiantiles. La Casa Blanca ha dejado claro que Biden vetaría esa legislación.
Los demócratas, que controlan el Senado por 51 a 49, piden un aumento del límite de deuda "limpio" sin condiciones como recortes de gastos, pero cualquier medida de este tipo requeriría el apoyo de al menos nueve senadores republicanos, y la mayoría de ellos dice que se opondrá a hacerlo.