WASHINGTON DC - El presidente Joe Biden utilizó su primera reunión de gabinete para impulsar su ambicioso plan de infraestructura, pero la reunión fue muy diferente a la de su predecesor, Donald Trump.
Los 16 miembros del gabinete, incluyendo a la vicepresidenta Kamala Harris, se reunieron en la espaciosa Sala Este de la Casa Blanca para respetar el distanciamiento social, en lugar de en el Ala Oeste de la mansión presidencial, un espacio más pequeño.
Los funcionarios portaron máscaras faciales y no se hicieron efusivas alabanzas al presidente, algo común durante el gobierno anterior.
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La reunión tuvo lugar exactamente una semana después de que todos los miembros del gabinete presidencial fueran confirmados por el Senado, y un día después de que Biden hiciera público su proyecto para mejorar la infraestructura del país, su próximo gran objetivo para el verano.
A la prensa se le permitió ver los primeros tres minutos de la reunión, que luego se llevó a cabo a puertas cerradas.
Biden le pidió a todos los funcionarios que examinaran los gastos de sus departamento y que se aseguraran de que se están entablando contratos federales con empresas estadounidenses.
Según expertos, las reuniones de gabinete cumplen la función de asegurarse que todas las agencias y departamentos se encuentra en la misma página de acuerdo a las políticas dictaminadas por el presidente, quien además, utiliza estas reuniones para dejar en claro sus prioridades.