Filadelfia

Barbero dominicano urge ayuda para no perder el trabajo tras operativo policial

El suceso tuvo lugar el 11 de febrero en la cuadra 100 de Lehigh Avenue en Filadelfia.

Telemundo

Un barbero al norte de Filadelfia se quejó con la ciudad alegando que un operativo policial para el arresto de un sospechoso que vivía cerca les quitó clientela. Nuestro Jaime Becerril nos amplía.

“Me siento indignado e impotente”. Con esas palabras un barbero dominicano de Filadelfia trató de mostrar su sentir tras un operativo policial que involucró el negocio donde labora, mientras agentes SWAT servían una orden de arresto en la vivienda del segundo nivel.

Dawin Jonás Aquino explicó que “nunca en los Estados Unidos había tenido unas esposas puestas. Nunca he tenido un problema con las autoridades, he caminado recto en todo”.

Y es que el pasado 11 de febrero uniformados ingresaron al establecimiento en busca de un sospechoso, que en efecto nos ataba allí, pero que le disparó desde el segundo nivel del edificio a uno de los agentes de SWAT y éste se salvó por portar un chaleco antibalas.

Para ponerlo en perspectiva es una estructura de tres niveles. El primero es donde ubica la barbería y los otros dos son apartamentos para la renta. En uno de éstos apresaron a Christian Reyes, de 35 años, tras un enfrentamiento con policías.

“Realmente hoy en día existen las ayudas, que podrían hacer por nosotros. Esta ha sido prácticamente una gran perdida, por el abuso, porque fue un abuso de poder, un atropello a nuestra persona, dignidad y todo lo que hicieron. Cuando ellos entraron debieron actuar de una forma diría profesional y liberarnos a nosotros, porque no tuvimos nada que ver”, agregó Aquino.

Dijo que el negocio no recibe la misma cantidad de clientes ni de empleados, por miedo a lo ocurrido.

“Las autoridades entraron a buscar un sujeto que no tenía nada que ver con la barbería lamentablemente con nosotros aquí. Nos sacaron afuera esposados con los clientes. Esto nos afectado porque tenemos la barbería vacía”, relató Aquino al tiempo que agregó que “tenemos dos barberos cada uno con un cliente y los demás vienen de vez en cuando. Todos los días está vacío”.

Tanto el barbero como su jefe, el dueño del establecimiento, desconocen qué se puede hacer para que la gente recobre la confianza en sus servivios y en las reparaciones de la infraestructura, tales como la puerta de entrada.

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