Una de las siete víctimas mortales en el estallido de una fábrica de chocolates en West Reading, Pensilvania fue un dominicano de 60 años.
Fue identificado como Domingo Cruz quien, según allegados, “le faltaban dos años para retirarse” de sus labores en la instalación RN Palmer con la idea de regresar a Santo Domingo, República Dominicana con su esposa y cuatro hijos.
Maritza Cruz, hermana del perecido, fue alertada por una amiga de la explosión en el lugar de trabajo de su allegado. De primera instancia se mantuvo alerta, por si es que Domingo estaba entre los heridos, pero no fue así. El cadáver fue recuperado en los escombros provocados por la emergencia.
“Me fui como una loca a la factoría donde trabajaba mi hermano cuando me dijeron que explotó Él estaba loco por retirarse y regresarse a Santo Domingo”, apuntó Cruz.
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Fueron un total de siete personas perecidas y una decena de heridos, de los cuales tres caminaron a las instalaciones del Reading Hospital a pie.
No es mucho lo que se ha revelado de la investigación sobre lo que provocó el estallido mortal, pero las autoridades aseguran que “las labores continúan” y que el proceso podría ser extenso. Lo que sí sabemos es que todos los que estaban buscando, según el manifestó de empleados y visitantes, fueron hallados, por lo que el proceso de limpieza y remoción de escombros se intensifica.
El sobrino del perecido, Luciano Sánchez agregó que lo consideraba más que “un padre, un amigo un hermano”. Visiblemente afectado sostuvo que “era una persona maravillosa”.
Hasta el martes solo se habían identificado dos de las siete víctimas mortales y una vigilia con velas se llevará a cabo el viernes a las 7:00 p.m. en honor a todos los perecidos.