La fábrica de chocolates que estalló en West Reading el mes pasado dejando el saldo de siete muertos y una decena de heridos, entre ellos hispanos, es objeto de una demanda debido a que, según los demandantes, ignoró avisos de hedor a gas.
La familia de Judith “Judy” López-Morán, una de las víctimas mortales, de 55 años y madre de tres niños, presentó la primera demanda por homicidio contra R.M. Palmer Co. tras la emergencia del pasado 24 de mayo.
Según el pleito acusatorio los trabajadores se quejaron de un fuerte olor a gas ese mismo día y lo notificaron al patrono, pero la empresa familiar de 75 años “no hizo nada”.
“La fuga de gas en la fábrica y la horrible explosión que provocó pudieron haberse evitado”, según la demanda. “Trágicamente, la muerte y el sufrimiento de Judith López-Morán se pudieron prevenir”. La misiva fue presentada en el Tribunal de Causas Comunes de Filadelfia. Representantes de RM Palmer no emitieron comentarios.
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Las autoridades siguen investigando la causa de la explosión, que destruyó un edificio en el complejo de la fábrica y dañó varias otras estructuras en West Reading, un pequeño pueblo a 60 millas (96 kilómetros) al noroeste de Filadelfia.
Funcionarios federales de seguridad confirmaron previamente que estaban echándole un ojo al conducto de gas natural como parte de la pesquisa. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte calificó lo sucedido como una explosión e incendio de "gas natural", citando información preliminar de las autoridades locales y la empresa de servicios públicos sobre el papel del gasoducto.
Los funcionarios de Palmer debieron haber desalojado inmediatamente después de que se les informara sobre el olor a gas, pero en su lugar, “hicieron una declaración ante los trabajadores de la fábrica, incluida Judith López-Morán, de que la fábrica era segura y que no había fugas de gas”, según la demanda.
Patricia Borges, quien sobrevivió a la explosión y era amiga de López-Morán, relató cómo su brazo se incendió cuando las llamas envolvieron el edificio. Luego cayó por el suelo en una tina de chocolate líquido. La mujer le dijo a la Prensa Asociada que tanto ella como otras personas se quejaron del hedor a gas 30 minutos antes de que explotara la fábrica.
El bufete de abogados que representa a la familia de López-Morán, Saltz Mongeluzzi Bendesky, dijo que representa a más de una docena de víctimas de la explosión.
Las víctimas mortales del estallido en la fábrica de chocolates fueron:
- Amy Sandoe, de 49 años
- Domingo Cruz, de 60 años
- Xiorky D. Núñez, de 30 años
- Susan H. Halvonik, de 63 años
- Michael D Breedy, de 62 años
- Diana M. Cedeño, de 44 años
- Judith López Morán, de 55 años