Un vínculo especial se forjó entre dos completos desconocidos en el Citizens Bank Park durante el partido de los Phillies del jueves por la noche.
Marybeth Foster, de Crofton, en Maryland, donó su riñón a Joe DeMayo en enero, tras sufrir una enfermedad que obligó a extirpárselo.
Sin embargo, los médicos pudieron donar el riñón a DeMayo, un padre del noreste de Filadelfia que sufría diálisis.
El jueves, se reunieron por primera vez durante la ceremonia del primer lanzamiento antes del partido.
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"Es alucinante", dijo DeMayo, un acérrimo seguidor de los Phillies, a NBC10. "No sabía que iba a venir y es surrealista".
Este ha sido el segundo trasplante de riñón de DeMayo, y el más reciente le ha devuelto la vida a él y a sus hijos.
"Poder jugar con mi hijo en el patio", dijo DeMayo. "La diálisis puede ser realmente agotadora y sabes que llegas a casa y él quiere jugar, tiene cinco años. Tiene una energía inagotable".
DeMayo dijo que le dio las gracias a Foster varias veces antes y durante el partido y no cree que pueda agradecérselo lo suficiente.
"Es increíble que alguien ande por ahí con una parte de mí, porque si no hubiera hecho lo que hice no podría haberme salvado a mí, pero tampoco podría haber salvado a otra alma", dijo Foster. "Hay tanta gente ahí fuera que nos necesita".
