Los impuestos a la propiedad y el estacionamiento citadino podrían ser los focos de aumento para el presupuesto presentado por el alcalde Jim Kenney para el próximo año fiscal en medio de la crisis de salud.
La propuesta, que deberá ser aprobada o denegada por el Concejo Municipal, fue enmarcada en un déficit presupuestario de $600 millones debido a los gastos relacionados a la pandemia provocada por el coronavirus.
Otros afectados por la situación económica serán trabajadores de la ciudad que no pertenezcan a uniones preexistentes o laboren por contrato.
De otorgársele el visto bueno del Concejo de la Ciudad el nuevo plan entraría en vigor el primero de junio del 2020.
Tradicionalmente el Consejos se ha opuesto al aumento en los impuestos, por los asesores de Kenney dijeron que “tratamos de ser equitativos” a la hora de conformar el presupuesto.
Los impuestos que se prevé aumentarán son:
- A la propiedad en un 4%
- Estacionamiento en un 4.5%
- A los que laboran, pero no son residentes de Filadelfia en un 1%
Entre los recortes al presupuesto figuran plazas vacantes que ahora se congelarán, descenso en el tiempo adicionales de los asalariados y la reducción de fondos para el sistema penitenciario.
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Se clausurarán las piscinas publicas durante el verano, no se expandirá el programa preescolar tan avalado por Kenney y se cancelarán las limpiezas extensivas de la ciudad, así como los costos de mantenimiento en los edificios municipales.
En sus primeros cuatro años de mandato Kenney aumentó las ganancias de Filadelfia en $1 billón o el 25%. Una gran parte de ese dinero cubrió los aumentos en la mano de obra, las pensiones y los costos de salud.
Su administración separó $34 millones el año pasado para depositarlo en el Rainy Day Fund y mantuvo $55 millones reservados para recortes federales. Ambas reservas estaban supuestas a crecer en este año fiscal, pero la pandemia lo cambió todo.
