De revalidar como presidente, Donald Trump tiene previsto un agresivo plan de inmigración para los próximos cuatro años.
Todo esto según dio a conocer uno de sus asesores, Steven Miller, a pocos días de la contienda electoral y por teléfono con NBC News.
El plan está basado en el aumento de requisitos para el ingreso a Estados Unidos e implica lo siguiente:
- Limitarán las solicitudes de asilo
- Castigarán y emitirán prohibiciones a las ciudades santuario
- Expandirán las restricciones para viajeros
- Limitarán las visas de trabajo
Estas directrices ponen en juego los fondos federales que recibe, por ejemplo, Filadelfia que es una ciudad santuario, así como la ayuda en caso de una emergencia tal y como la pandemia del coronavirus.
Otro de los puntos que discutió Miller fue el tratado con Honduras, Guatemala y El Salvador para que los inmigrantes provenientes de esos países no puedan pedir asilo.
Este detalle en particular podría perjudicar además a los venezolanos, según Sheila Vélez Martínez, profesora de derechos de inmigración de la Universidad de Pittsburg.
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Qué implica castigar y prohibir las ciudades santuario
"Otra prioridad importante con un gran contraste será realmente tomar medidas enérgicas contra las ciudades santuario", dijo Miller.
Señaló que la administración ha retenido algunas subvenciones a las ciudades santuario. En un segundo mandato, dijo, continuaría la batalla con dos nuevas iniciativas.
Primero, dijo Miller, Trump impulsaría una legislación presentada por el senador Thom Tillis, republicano por Carolina del Norte, que castigaría a las jurisdicciones que se niegan a entregar a ICE para su deportación a las personas arrestadas que se encuentran en los Estados Unidos ilegalmente. En segundo lugar, Trump iría un paso más allá con una ley para "prohibir la práctica", lo que obligaría a las autoridades a entregar a esos migrantes a los federales.