Suicidio y la comunidad LGBTQ+

Rebecca Juro recuerda que no habló de sus dudas acerca de su identidad de género desde los cinco años. Se sentía diferente a otros niños de su vecindario de Nueva Jersey y, sin que nadie se lo dijera, entendía que ser diferente era algo malo.

“Yo sabía que a mis padres no les gustaría saber que su hijo deseaba ponerse un vestido”, dijo.

Juro no habló de su identidad de género por décadas. En su adolescencia, vivió como varón y salía con chicas. A sus 20 años, se convirtió en punk, en una escena musical que era alimentada con la testosterona de los años setenta. En los años ochenta, le cayó el peso de su doble vida.

Cuando llegó a los 32 años, decidió que lanzarse desde un puente era mejor que vivir en una mentira. "Si yo no podía vivir como yo, ¿cuál era el punto?", dijo reflexionando sobre su intento de suicidio. "No veía ninguna otra salida".

La comunidad transgénero enfrenta las mayores tasas de intentos de suicidio en comparación con los demás demográficos: el 40 por ciento de los adultos transgénero reportaron haber intentado suicidarse, según el U.S. Transgender Survey realizada en 2015 en los Estados Unidos. Se reflejó que 92 por ciento de ellos hicieron el intento antes de los 25 años.

Sólo los hombres blancos de mediana edad tienen una mayor tasa de suicidios. En 2015, siete de cada 10 suicidios fueron cometidos por hombres entre las edades de 45 y 64 años.

Las lesbianas, personas gays y bisexuales que enfrentan problemas de identidad también enfrentan un mayor riesgo de suicidio. Su tasa de intentos es cuatro veces mayor que la de los adolescentes heterosexuales, según el Trevor Project, un grupo de apoyo nacional.

Los números son más difíciles de calcular para los adultos LGBTQ, ya que en sus certificados de defunción no se indica orientación sexual e identidad de género, según la Oficina del Cirujano General. Pero reportes recientes sugieren que las personas gays son seis veces más propensos que los heterosexuales a intentar suicidarse, y las lesbianas son dos veces más propensas que las mujeres heterosexuales, según la American Association of Suicidology. También es alto el riesgo de suicidio para las personas bisexuales.

Muchos de los factores que conducen a estas altas tasas de suicidio parecen ser culturales. La comunidad LGBTQ continúa enfrentándose a la discriminación, a pesar de que ha habido una mayor aceptación social desde que la Corte Suprema falló a favor de la igualdad matrimonial. El rechazo, la intimidación, la falta de vivienda, la adicción y la violencia contribuyen a una mayor tasa de suicidios entre los individuos LGBTQ según los defensores y los investigadores.

Los investigadores apuntan a la teoría del estrés minoritario, que postula que el estigma y el prejuicio crean un ambiente social hostil y estresante que puede conducir a problemas de salud mental.

En los jóvenes, estas presiones externas se magnifican.

"Los niños pueden sentirse indignos y eso puede exacerbar los sentimientos de depresión", dijo el ex profesor de Drexel University, Gary Diamond. Él ayudó a desarrollar una herramienta de evaluación de la salud conductual ahora utilizada por los profesionales médicos en el Children’s Hospital of Philadelphia.

Ahora a sus 50 años, Juro todavía no puede señalar un momento exacto en el que definió su experiencia como una juventud trans en la clandestinidad. Las señales culturales eran sutiles, pero claramente definidas por los tiempos. Creció en la década de 1960, cuando se esperaba que las mujeres fueran esposas y se esperaba que los hombres cuidaran de ellas. Como ella lo describió, la gente era de "la columna A o la columna B. No había ningún medio".

Juro sabía que quería ser una niña, pero no tenía una definición exacta de lo que ello significaba. En la escuela fue intimidada. Los maestros pensaron que algo estaba mal con el "niño extraño", pero no podían identificar qué era. La colocaron en clases de educación especial a pesar de no tener una discapacidad de aprendizaje.

En casa, Juro no tenía modelos a seguir. Ella y sus dos hermanos fueron criados por padres tradicionales. Su padre era un ejecutivo de publicidad, su madre era ama de casa. En lugar de explorar lo que eventualmente se convirtió en su verdadera identidad, Juro llenó el papel que tenía ante sí.

"Pasé mucho tiempo tratando de masculinizarme", dijo, "hice lo que se esperaba de mí".

Salió con mujeres, practicó deportes, se metió en peleas y finalmente se metió en la escena del punk. Pero no fue hasta que ella trató de suicidarse que Juro sabía que tenía que aceptar su identidad o arriesgarse a otro intento. Incluso siendo una adulta, experimentó con ropa de mujeres pero en privado.

"Esto fue en 1982", dijo. "No había tal palabra como transgénero. No existiría por otros 13 o 14 años".

Las cosas cambiaron después de que Juro encontró a un terapeuta cerca de Filadelfia que la animó a vestirse como una mujer en una reunión privada de gente trans. A diferencia de los terapeutas anteriores, éste no cuestionó su sexualidad ni asumió que Juro estaba confundida. En cambio, guió a Juro a través de una cuidadosa transición que incluyó salir con amigos y familiares.

El padre de Juro quería saber si era una ‘drag queen’ que actuaba en los clubes y llevaba lentejuelas. De hecho, recientemente había estado en uno de esos establecimientos y se escandalizó al pensar que su hijo sería uno de los artistas. La madre de Juro estaba confundida al principio, pero luego se convirtió en su aliada más grande. Cuando la Policía la intimidó, los regañó y les llamó la atención y los obligó a disculparse.

Mirando hacia atrás en su transformación, Juro lamenta cuán pocos recursos estaban disponibles para facilitar su transición.

"Mi hermana menor es gay y se presenta como hombre", dijo. "No puedo creer que los jóvenes tengan tanta libertad ahora. Yo vivo indirectamente a través de ella”.

Pero no todos los jóvenes LGBTQ son apoyados por sus seres queridos. Sam Escobar, que se identifica como “gender fluid” y utiliza pronombres de géneros neutrales, luchó para dar a conocer su identidad. Escobar, de 27 años, sentía timidez a la hora de coquetear con alquien que no fuera hombre. La primera vez le resultó infructuoso.

"Mi padre nunca más habló de eso y a mi mamá le preocupó que mi vida fuera más difícil", dijo Escobar. "Estaba preocupado por el estrés de mis padres. Me sentí muy culpable".

Esta culpa solo se agravó con los múltiples ataques sexuales a los que sobrevivió, lo que contribuyó a episodios de PTSD, trastornos alimenticios, ansiedad, depresión y dos intentos de suicidio. Además del trauma, había una lucha interna en curso sobre lo que significaba ser verdaderamente gay, inicialmente, Escobar se sentía demasiado tímido para coquetear con alguien que no era un hombre, y cuando Escobar trató de explicar el género no binario, con frecuencia se encontraron con incredulidad o confusión.

Con sus rasgos suaves, muchos identificaban a Escobar como femenina. Los chicos con los que salió en la escuela no podían entender porque no se identificaba como mujer. Les preocupaba que los hiciera gays el hecho de que Escobar decidiera lucir masculino.

“Yo estaba constantemente tratando de cumplir con las expectativas que otras personas tenían sobre mí", dijo Escobar. "Sentía que nunca iba a ser feliz". Esta es una expresión común para la juventud que tiene una identidad o expresión de género que no es binaria o que es trans. También es común para los jóvenes que tienen una orientación sexual que no es heterosexual.

Como adolescente, James Lecense sabía que era gay. Nació en una tranquila comunidad en los suburbios de Nueva Jersey. Nueva York estaba a una hora de distancia y Filadelfia aún más lejos. Todo lo que conocía era la pequeña comunidad de Nueva Jersey, llena de gente agradable que se parecían entre sí. Nada fue malo durante su infancia, pero Lecense intuyó que algo dentro de él era diferente en comparación a los otros niños de la escuela. Con frecuencia se sentía aislado de la familia y sus compañeros.

"Crecí en otra época", dijo el creador de Trevor Project, de 58 años. "Ni siquiera sabía qué era la homosexualidad. Pensé que era la única persona gay que jamás había vivido.

Trasladarse a Manhattan e involucrarse con el teatro lo cambió todo. Él "encontró una tribu" que proporcionó estímulo y apoyo en un momento en que muchos hombres gays estaban lidiando con la crisis del SIDA. La epidemia mató a cientos de miles de personas, tanto homosexuales como heterosexuales, pero ayudó a introducir y normalizar ciertos aspectos de la cultura LGBTQ.

"Fui testigo de una generación entera que estaba muriendo, así como mis compañeros ", dijo Lecense. Aún así, "no hubo discusión de que los jóvenes fueran gay. Era como si tuvieses 21 años y luego te volvieras gay"

La falta de atención a la juventud LGBTQ preocupó a Lecense, por lo que en 1995 creó un personaje llamado Trevor. Trevor, al igual que Lecense, era un niño de 13 años que luchaba por entender y aceptar su sexualidad. A través de una serie de escritos en su diario se da cuenta de que es gay y, desesperado por lo que esto significaría para su familia y el futuro, decide suicidarse.

La auto-realización de Trevor es familiar para Lecense, aunque duda en decir lo similar que fue a su experiencia. Sin embargo, la historia de un adolescente cuya sexualidad lo llevó a intentar suicidarse despertó el interés de dos productores de L.A. y, finalmente, de HBO.

El equipo creó una película más larga protagonizada por Trevor y pronto se dio cuenta de una necesidad que no estaba siendo abordada ¿A quiénes pueden enfrentarse los jóvenes que luchan en sus horas más oscuras?

"No había salvavidas, ni sitios web en esos días", dijo Lecense. Teníamos que hacer algo.

El equipo recaudó suficiente dinero en tres meses para financiar el Proyecto Trevor, que ahora ofrece una línea de vida, un sitio web y un servicio de chat para jóvenes necesitados. La organización escucha de un promedio de 52 mil personas al año, según el vicepresidente de los programas David Bond. Están entre las edades de 10 a 24 años. Algunos viven en ciudades, otros en pequeñas comunidades. Lo único que tienen en común es el miedo al rechazo y una pérdida total de esperanza.

"Cuando estás demasiado expuesto al mensaje de que tu experiencia es menos válida... esto puede conducir a problemas de salud mental como pensamientos suicidas o abuso de sustancias", dijo Bond.

Los consejeros de Trevor Project se someten a un entrenamiento extensivo y sesiones de juegos de rol como preparación a lo que pueden encontrar en la otra línea. La responsabilidad puede sentirse pesada, incluso para el operador más experimentado, que debe estar listo para ayudar a alguien en un momento de crisis o simplemente sentarse y escuchar a un niño que siente que no hay nadie más allá.

"Si tienes una pierna rota, todo el mundo puede ver que tu pierna está rota. Con la depresión, nadie puede ver eso desde el exterior", dijo Escobar. "Y siendo gay, todo el mundo siempre va a decirte que estás equivocado o tratarán de arreglarte. A veces, es mejor solo escuchar”.

Al igual que Trevor Project, Trans Lifeline ofrece un espacio seguro casi imposible de encontrar en el mundo exterior. La línea directa de apoyo ofrece prevención de suicidio, apoyo emocional y una comunidad virtual para personas trans. Fue fundada por Greta Martela, sobreviviente de intento de suicidio que experimentó discriminación cuando buscó ayuda. Un operador de una línea telefónica de suicidio nacional la malinterpretó repetidamente y parecía incómoda discutiendo cuestiones específicas de su experiencia como mujer trans.

"Esto fue en San Francisco", dijo el portavoz de Trans Lifeline, André Pérez. "Si las condiciones son tan malas en San Francisco, entonces eso debe significar que las personas trans en todo el país están enfrentando barreras aún mayores".

Martela fundó Trans Lifeline en 2014 para proporcionar a los miembros de la comunidad un espacio seguro para hablar con personas de ideas afines que comprendan sus preocupaciones particulares. Algunas personas llaman por la angustia inmediata, otros solo para charlar. Cada persona es evaluada con base a un sistema de clasificación. "Uno" significa que la persona no está en peligro inmediato mientras que un "cuatro" o un "cinco" está en crisis severa.

"Intentamos convencerlos, nos quedamos en el teléfono mientras lo necesiten", dijo Pérez. "Antes de terminar la llamada telefónica, tratamos de asegurarnos de que hay un plan de seguimiento en el que están haciendo que un amigo o un pariente venga a estar con ellos. Realmente no queremos que la gente esté sola”.

Las llamadas son típicamente de niños o personas de color que se sienten doblemente marginados en la sociedad. Cuando las personas trans llegan a buscar ayuda, muchas experimentan la misma discriminación de los profesionales médicos como lo hacen en sus vidas privadas. Trans Lifeline busca eliminar ese estigma.

Juro se involucró en 2015 porque pensó que podría ser la persona que dijera: "no, no, no espera un minuto, hay otras opciones". Ella deseaba que alguien le hubiera dicho eso cuando intentó suicidarse.

Este concepto de escuchar y validar se encuentra en el Drexel’s Center for Family Intervention Science. En un establecimiento ambulatorio a pocos pasos de la estación 30th Street, los terapeutas tratan a las familias que luchan contra la depresión y la identidad sexual.

El enfoque de Drexel se basa en la idea de que los padres tienen un deseo instintivo de proteger a sus hijos, incluso cuando no entienden lo que un joven puede estar experimentando o sintiendo. Esto incluye hablar con los padres que sienten que la homosexualidad contradice sus creencias religiosas, o los adultos que piensan que los adolescentes están actuando simplemente para llamar la atención.

El doctor Jody Russon, colega de Diamond cuya práctica se especializa en jóvenes marginados, dijo que la premisa del centro es "volver a tener a los padres a bordo con el apoyo de sus hijos para reducir la probabilidad de suicidio".

El primer paso para reparar esa relación entre padres e hijos es reconocer que algunos adultos pueden estar pasando por un proceso de duelo después de enterarse de que su hijo o hija es LGBTQ. "Puede ser como una muerte para algunos", dijo. "Es una pérdida real, si no van a conseguir esa boda o nieto que siempre se imaginó".

Las investigaciones han demostrado que las relaciones que mejoran entre padres e hijos pueden disminuir los casos de depresión, suicidio, falta de hogar y adicción, pero no todos los padres pueden aprender a aceptar ciertos aspectos de la vida de sus hijos.

La terapia basada en el apego ocurre en etapas. Los primeros terapeutas se reúnen por separado con los padres y sus hijos, y tienen una idea de lo que cada uno siente que está sucediendo. Los consejeros empiezan lentamente y metódicamente a desentrañar la ira, la confusión o la incredulidad de los padres y presentarlos con un concepto simple: su hijo está en el dolor.

En algún punto de la línea se han roto los vínculos de apoyo, dijo Russon. "Si podemos vincularnos y volver a unirse a esa relación, entonces estamos en el camino correcto para sanar".

Glosario de términos importantes:

  • Orientación sexual. El término científicamente apropiado para referirse a la atracción física, romántica y emocional duradera hacia personas del mismo sexo o del sexo opuesto, incluidas las orientaciones lesbianas, gay, bisexuales y heterosexuales. Evite usar el término ofensivo preferencia sexual que se utiliza generalmente para sugerir que ser gay, lesbiana o bisexual es una opción voluntaria y puede “curarse”. Las personas no necesariamente deben tener experiencias sexuales específicas para definir su orientación sexual; de hecho, no tienen que tener ninguna experiencia sexual.
  • Transgénero (adj.). Término general que describe a una persona cuya identidad o expresión de género no concuerda con lo que generalmente se asocia al sexo que le asignaron al nacer. Las personas que se identifican con este término pueden usar una variedad de términos para describirse, entre ellos, el término transgénero. Algunos de dichos términos se definen a continuación. Se debe utilizar el término que la persona utiliza para describirse a sí misma. Muchas personas transgénero toman hormonas recetadas por sus médicos para alinear su cuerpo con su identidad de género. Algunas incluso se someten a cirugías. Pero no todas las personas transgénero pueden o están dispuestas a adoptar este proceso. La identidad como persona transgénero no depende de la apariencia física ni de intervenciones médicas.
  • Hombre transgénero. Las personas a las que se les asignó el sexo femenino al nacer, pero que se identifican y viven como un hombre, pueden usar esta palabra para describirse. A veces la pueden abreviar y decir hombre trans. Algunos pueden usar la sigla FTM, que en inglés significa de mujer a hombre o pueden preferir solo llamarse hombres sin ningún otro adjetivo. Es mejor preguntarle al individuo cuál término prefiere.
  • Mujer transgénero. Las personas a las que se les asignó el sexo masculino al nacer, pero que se identifican y viven como una mujer, pueden usar esta palabra para describirse. A veces la pueden abreviar y decir mujer trans. Hay quienes pueden usar la sigla MTF, que en inglés significa de hombre a mujer o pueden preferir solo llamarse mujeres sin ningún otro adjetivo. Es mejor preguntarle al individuo cuál término prefiere.
  • Transición. La alteración del sexo asignado al nacer no es algo que se logra en un paso, sino que es un proceso complejo y prolongado. Puede incluir algunos o todos los siguientes pasos personales, médicos y legales: decirles a la familia, amigos y colegas que uno es transgénero; usar un nuevo nombre y pronombres, cambiar la forma de vestirse; cambiarse el nombre o el sexo en los documentos legales; someterse a una terapia hormonal y, posiblemente (aunque no siempre), a uno o más tipos de cirugías. Los pasos exactos que implica una transición varían en cada caso. Evite la frase cambio de sexo.
  • Género no conforme. Esta frase se usa para describir a algunas personas que expresan su género en maneras que no concuerdan con las expectativas convencionales de la masculinidad y la feminidad. Cabe señalar que no todas las personas de género no conforme son transgénero y que no todas las personas transgénero se consideran no conformes con su género. Muchas personas expresan su género en maneras no completamente convencionales, pero eso no necesariamente quiere decir que son personas transgénero. Muchos hombres transgénero y muchas mujeres transgénero expresan su género en maneras convencionalmente masculinas o femeninas. El hecho de ser una persona transgénero no hace que una persona se considere de género no conforme. La frase no es sinónima de transgénero o transexual y solo se debe usar si alguien se describe como una persona de género no conforme.
  • No binario o genderqueer. Términos usados por personas que experimentan su identidad de género o expresión de género como algo que no pertenece a las categorías de lo masculino y lo femenino. Es posible que definan su género como algo que se halla entre lo masculino y lo femenino, o quizá lo definan como algo totalmente diferente de estos términos. El término no es sinónimo de transgénero o transexual y solo se debe usar si alguien se describe como una persona no binaria o genderqueer.
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