CIUDAD DE MÉXICO — La policía de la Ciudad de México dijo el viernes en la noche que investiga a un sospechoso de asesinato como posible asesino serie tras encontrar huesos, una sierra, sangre e identificaciones de mujeres desaparecidas en las habitaciones que rentaba.
La fiscalía de la capital mexicana identificó al sospechoso como Miguel Cortés, un químico de profesión de 40 años, y dijo que estaba detenido a la espera de juicio por asesinato e intento de asesinato de dos mujeres.
Los cargos derivan de un ataque el martes, en el que el sospechoso esperó aparentemente a que una mujer saliera brevemente de su departamento para colarse dentro y abusar sexualmente de su hija de 17 años, a la que estranguló.
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La madre regresó y vio salir al agresor, que la acuchilló en el cuello y huyó. La madre consiguió sobrevivir.
El sospechoso vivía cerca del lugar del crimen, por lo que fue identificado rápidamente y capturado. De acuerdo con la ley mexicana, la policía lo identificó solo con su nombre, Miguel.
Cuando los investigadores registraron el departamento que había alquilado cerca, encontraron evidencias estremecedoras “que indican claramente que estamos ante un posible asesino en serie de mujeres”, dijo el fiscal de la ciudad, Ulises Lara.
Lara explicó que durante el cateo de la vivienda se encontró “material biológico” — cuya naturaleza no especificó —, manchas de sangre, huesos, una sierra, celulares y tarjetas de identidad de mujeres desaparecidas.
El hallazgo más escalofriante fue “una serie de cuadernos” que podrían narrar lo que el agresor habría hecho a sus víctimas, añadió.
Aunque el fiscal no indicó cuántos huesos o identificaciones se encontraron, los reportes de la prensa local apuntaban que podría haber entre siete y 20 posibles víctimas.
Sea cual sea el número, las autoridades de la Ciudad de México han recibido múltiples preguntas acerca de por qué hacen tan poco para investigar los casos de mujeres desaparecidas, hasta que aparecen los cadáveres.