CIUDAD DE GUATEMALA- Los cuerpos de los 16 migrantes guatemaltecos asesinados en una masacre el 22 de enero en Tamaulipas, México, arribaron este viernes a la Ciudad de Guatemala en un vuelo organizado por las autoridades mexicanas que aterrizó en el aeródromo de la Fuerza Aérea Guatemalteca.
Los 16 ataúdes de madera con una bandera guatemalteca descendieron del avión procedente de México, uno a uno, a través de una banda eléctrica, para luego ser trasladados hacia los espacios habilitados por el Ministerio de Relaciones de Guatemala para sus familiares, que aguardaron con una fotografía de cada víctima.
El presidente, Alejandro Giammattei; el canciller, Pedro Brolo, y el resto del Gabinete de Gobierno, además de algunos diputados, alcaldes y funcionarios de la embajada mexicana en el país centroamericano, estuvieron presentes a un lado de la pista de aterrizaje de la Fuerza Aérea Guatemalteca.
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El mandatario decretó un duelo nacional por los siguientes tres días para honrar a las víctimas y ordenó colocar la bandera nacional a media asta en los edificios de Gobierno.
Giammattei ofreció su sentido pésame a los familiares de las 16 víctimas de la masacre en el poblado de Camargo, fronterizo con Texas (Estados Unidos), y aseguró que el país que preside "hoy está de luto".
Tras un minuto de silencio, el gobernante guatemalteco subrayó que ya "se encuentran personas ligadas a proceso a quienes se presumen responsables de este execrable crimen", que, dijo, "es necesario que se esclarezca para que no ocurra un hecho similar de nuevo".
FALTA DE OPORTUNIDADES
Al concluir su discurso, el mandatario se dirigió a cada uno de los 16 familiares de las víctimas y los saludó durante unos segundos.
Uno de los familiares le dijo en corto al presidente que "la falta de oportunidades y empleo" provocó la migración de su familiar hacia Estados Unidos y le enfatizó que él tampoco tenía trabajo, a lo que el mandatario contestó: "Yo te lo consigo".
Los gastos de repatriación corrieron a cargo del Instituto Nacional de Migración mexicano, según la Cancillería guatemalteca.
Los restos de las víctimas y sus familiares serán trasladados a sus comunidades en un transporte organizado por la Cancillería guatemalteca, con el fin de continuar con las honras fúnebres y su posterior sepultura.
La mayoría de los migrantes eran originarios de Comitancillo, un poblado guatemalteco ubicado en el departamento suroccidental de San Marcos, fronterizo con Chiapas, México.
LA MASACRE
El 22 de enero pasado se hallaron 19 cuerpos calcinados en una camioneta en el poblado de Santa Anita, del municipio mexicano de Camargo; 16 de ellos eran guatemaltecos.
Según los testimonios, un comando de pistoleros del Cartel del Noreste (CDN), los antiguos Zetas, ingresó al lugar para buscar un mando del grupo rival, el Cartel del Golfo (CDG), la organización criminal que controla la zona en Tamaulipas.
Pero tras un enfrentamiento, los sicarios del CDN encontraron a las 19 personas y las asesinaron, para posteriormente quemarlas.
Ambos grupos, según las autoridades mexicanas, mantienen una disputa por el control de los estados del noreste de México desde marzo del 2010, conflicto que ha provocado desde esa fecha más de 15,000 desaparecidos y miles de muertes.