Irán vive este sábado una jornada de aparente normalidad tras los ataques de esta madrugada de Israel que causaron la muerte de al menos dos soldados, una tranquilidad que el Gobierno iraní trata de subrayar.
Si en la madrugada los cielos de algunas zonas de Teherán se iluminaron con explosiones de proyectiles interceptados por las defensas aéreas, a primera hora de la mañana la capital ofrecía una imagen de normalidad.
El espeso tráfico era el habitual en una mañana de sábado -día de inicio de la semana iraní-, los vecinos se dirigían a sus puestos de trabajo y padres y madres dejaban a sus hijos en los colegios.
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“Todo es normal. Ya sabíamos que Israel iba a atacar. No ha sido una sorpresa. Y como esperaba, el ataque fue a bases militares”, dijo a EFE Ana, una arquitecta de 39 años.
“Yo creo que todo esto es un juego de petardos. Ni Israel ni Irán quieren entrar a una guerra directa”, añadió esta mujer que se dirigía a su trabajo y no escuchó las explosiones de anoche en la capital.
Quien si las escuchó fue Fatemeh, una trabajadora de una cafetería del norte de Teherán.
“Escuché anoche las explosiones”, pero no estoy muy preocupada cuenta en el café donde trabaja en el norte de la capital.
Tampoco parecían preocupadas las niñas de un colegio situado enfrente del café, y de donde se escuchaban los gritos de sus juegos en el recreo.
Sí se asustó Nasrin, una ama de casa de 26 años, y cuya vivienda tembló por las explosiones que parecían resultado de la interceptación de proyectiles por parte de las defensas aéreas.
“Mi hija de dos años estaba dormida y se despertó muy asustada y llorando”, dijo a EFE.
“Luego vi que el ataque fue contra bases militares y me tranquilice. He llevado a mi hija a la guardería y en las calles no hay pánico”, aseguró.
Una aparente normalidad que las autoridades iraníes y medios estatales trataron de subrayar una y otra vez tras los ataques contra centros militares en las provincias de Teherán (norte), Juzestán (suroeste) e Ilam (sureste).
“El paísse encuentra en un estado normal e incluso los vuelos han vuelto a su rutina normal”, dijo la portavoz del Gobierno iraní, Fatemeh Mohajerani, en declaraciones recogidas por IRNA.
La televisión estatal IRIB o Press TV, entre otras, mostraron imágenes de normalidad con vehículos circulando a primera hora de la mañana en la capital y la gente acudiendo a sus puestos de trabajo en la primera jornada de la semana iraní.
Mohajerani calificó los daños causados en el ataque como “limitados”, algo que ya hizo el Cuartel General de Defensa Aérea de Irán.
“Si bien nuestro sistema de defensa aérea interceptó y contrarrestó con éxito los ataques, algunas áreas sufrieron daños limitados”, informaron los militares.
A pesar de ello, al menos dos soldados murieron en los ataques, indicó el Ejército iraní, que no ofreció más detalles de sus muertes.
El ataque israelí es una represalia por el bombardeo de Irán del 1 de octubre con unos 180 misiles que fue a su vez respuesta al asesinato del líder del grupo chií libanés Hizbulá, Hasán Nasrala, en Beirut, y del líder de la milicia palestina Hamás, Ismael Haniyeh, en Teherán en julio, ambas facciones respaldadas por Teherán.
Las autoridades militares y civiles iraníes han advertido en repetidas ocasiones que responderían a un ataque israelí.